Faltan al menos 30 años para la era de las energías limpias

Probablemente son pocos en el planeta quienes dudan de que el mundo debe salir de su adicción al consumo de combustibles fósiles como una cuestión de vida o muerte. Las cumbres en favor del clima y los incontables estudios que hay al respecto así lo demuestran. Sin embargo, todo apunta a que el paciente llamado humanidad requerirá de una terapia de desintoxicación que tomará por lo menos tres décadas para ingresar en el punto de transformación real.

Ello pese al ritmo de avance del desarrollo de las energías alternativas y sus cada vez más atractivas ventajas. “Las energías renovables ya no son un futurible dentro de un racimo de diferentes opciones –explica el analista español Juan José Coble Castro–. Están aquí, desarrollándose e instalándose con un ímpetu inusitado y ya no hay marcha atrás. Han venido para quedarse y mejorar nuestra forma de relacionarnos con la energía y el entorno. Hay poderosas razones que hacen que esto sea así”.

Coble explica que se han producido numerosos desarrollos y avances en el terreno del almacenamiento, la hibridación, la trazabilidad y la digitalización. Estos progresos las han llevado a ocupar el primer lugar entre las tecnologías de generación de energía más baratas. “Si además tenemos en cuenta que el combustible es gratuito (sol, viento, corrientes de agua, etc.), el escenario para su implantación global está servido”, recuerda.

  • Alternativas a ritmo acelerado

Entre las primeras mejoras tecnológicas que se han producido se halla el almacenamiento de la energía. Para que exista un buen almacenamiento se debe alcanzar la capacidad de acumular la energía producida en momentos de alta generación para poder suministrarla a la red en los momentos de mayor demanda. Este había sido uno de los nudos críticos en la competencia entre energías producidas por combustibles fósiles y aquellas generadas por fuentes alternativas.

Sin embargo, la brecha se ha ido cerrando cada año. Se prevé que los sistemas alternativos experimentarán un cada vez mayor desarrollo en los próximos lustros y que pasaremos de una capacidad tope actual de 360 mega watts hasta unos 14.000 mega watts antes de la mitad de la actual década. En esa proyección, un estudio de The New Energy Outlook, publicado por Bloomberg New Energy Finance, hace ya dos años, pronosticó que las energías renovables serán la manera más barata de producir electricidad para el año 2040, con una reducción del 60 por ciento para la energía fotovoltaica y un 41 por ciento para la eólica, y que esta meta se alcanzará en muchos países antes, durante la década del 2020.

El otro escenario de los avances notables se halla en la hibridación de tecnologías renovables. Este proceso implica la capacidad de aprovechar varias fuentes de energía renovable a la vez y en la misma instalación (solar fotovoltaica, solar térmica, eólica, biomasa térmica, etc.). Ello permite evitar o aminorar los bajones que solían producirse por las bajas de sol o viento, según la región y los problemas inesperados en el ambiente. Al combinar estas tecnologías sube notablemente el rendimiento medio de toda la instalación. Y esto ya sucede en los países que más se han aplicado al desarrollo de las energías alternativas como Dinamarca, Alemania y Noruega. Sin embargo, resta aún mucho para que el ejemplo cunda.

En España, por ejemplo, las energías renovables, en 2019, suponían aproximadamente un 65 por ciento de la generación, del cual el 32 por ciento corresponde a la energía hidráulica, el 22 por ciento a la eólica y el 9 por ciento a la energía solar.

Sin embargo, en otros países este porcentaje resulta muchísimo menor. En EEUU, el porcentaje de renovables ronda el 20 por ciento. Esto se debe a que el coste de la energía solar está todavía por encima de otras fuentes de energía, como son precisamente el petróleo, el carbón, el gas natural o la energía nuclear. Ellas se reparten el «pastel» en mercados tan grandes como EEUU. No sobra recordar que la primera potencia mundial alberga dentro de sí los más importantes lobbies petroleros.

  • El apoyo digital

Pero, por el lado positivo, los avances también han sido potenciados por el boom de la informática. Todas las tecnologías de información y comunicación resultan ahora básicas y claves para el desarrollo y evolución de las aplicaciones energéticas. Permiten mejorar el rendimiento y las prestaciones de los sistemas de generación: se aprovechan mucho mejor los elementos de la instalación.

Además, el desarrollo y la utilización del big data y la internet de las cosas consiguen incrementar la producción de energía detectando patrones de funcionamiento y adelantándose a las averías, optimizando los mantenimientos predictivo y preventivo. Es decir, han permitido superar más problemas que otrora postergaban el desarrollo de las energías alternativas.

  • Las tecnologías solar y eólica

Según la publicación especializada Xataka, los avances que se han producido en tecnología solar y eólica hacen que tanto los paneles fotovoltaicos, colectores solares térmicos y turbinas eólicas y minieólicas que se fabrican hoy resulten mucho más limpios, flexibles y baratos que los que se fabricaban hace décadas.

Se han desarrollado nuevos y mejores materiales para captar estas energías. Los paneles solares fotovoltaicos actuales están basados en el silicio, pero se están avanzando paneles con base en carbono como materia prima. Estos se caracterizan por su flexibilidad estructural, bajos costos de mantenimiento y menor consumo de energía en su fabricación. Además, añaden a estas buenas características sus facilidades logísticas y el reciclaje íntegro de los materiales utilizados. Se prevé que paulatinamente revolucionarán el proceso.

Igualmente se logró importantes mejoras en la tecnología de las turbinas eólicas. En los últimos años se ha multiplicado por diez la potencia de estas máquinas, lo que hace posible reducir el número de aerogeneradores para una potencia determinada. Al reducir el número de turbinas, baja tanto el impacto visual como el impacto acústico de la instalación. Pero además bajan también los costos de mantenimiento. El mapa de los países más beneficiados por el sol o los vientos ha empezado a ser cada vez más estudiado por los geoestrategas.

  • Energía limpia y a buen precio

Y si bien aún hay una dura batalla en cuanto a los costos, también se han sumado razones económicas para alentar la anhelada irrupción de las energías alternativas en la vida del planeta. El analista Brian Eckhouse señala que hoy la energía solar y la eólica son las fuentes de energía más baratas en la mayor parte de los países del mundo. La energía eólica más competitiva se sitúa en EEUU, mientras que en el caso de la energía solar, el centro de gravedad se mueve hacia China.

Esto se debe a la bajada del costo nivelado de la energía en ambas fuentes renovables. El costo nivelado de la energía mide el coste total de producir energía teniendo en cuenta el desarrollo, construcción, equipamiento, la financiación, materias primas, operación y mantenimiento. El costo de los proyectos eólicos bajó un 9 por ciento mientras que los solares se redujeron en un 4 por ciento. Y la tendencia avanza desde hace ya varios años. Coble Castro añade: “Hay muchas innovaciones listas para introducir en los sistemas eólicos y solares que pueden reducir aún más estos costes”.

  • Contra el tiempo

Sin embargo, pese a los avances, la Covid-19 también ha implicado malas noticias para el avance del cambio de matriz energética mundial. Diversos expertos han señalado que si el efecto del coronavirus se mantiene en el tiempo (confinamiento, mantenimiento de la actividad esencial, parón generalizado de la actividad económica, parada temporal de nuevos proyectos de energía, etc.) podría proteger por un tiempo la generación eléctrica por combustibles fósiles del ataque permanente de los bajos costes de las energías renovables.

Las expectativas de las diversas agencias internacionales de energía hasta antes de la pandemia señalaban que, por lo menos, hasta el año 2050, el planeta no logrará doblegar el predominio de los combustibles fósiles sobre las energías alternativas. Baste señalar que la Agencia Mundial de Energía ha previsto que hasta el año 2040 sólo el 20,3 por ciento del consumo energético del mundo corresponderá a las energías alternativas. Prevé que el 5 por ciento estará provisto por fuentes de energía nuclear; 25,4 por ciento, por gas natural; 21,5 por ciento, por carbón, y 27,6 por ciento, por petróleo.

En suma, el mundo avanza hacia el día de las energías limpias, pero aún falta un arduo trabajo para alcanzarlo. Paralelamente, la sombra de los desajustes del clima, causados por la adicción global a los combustibles fósiles no deja de sentirse. ¿Será que el planeta tendrá la debida paciencia con las energías fósiles por tres décadas más?

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