Pérdidas: En el Carnaval dejan de danzar Bs 489 millones y 14 sectores están afectados

Este año, por la suspensión de sus principales eventos, el Carnaval en el país dejará de mover al menos 489 millones de bolivianos. Las pérdidas económicas afectarán a unos 14 rubros que forman parte de la cadena productiva de esta época.

“Las pérdidas aún no las tenemos porque los días del Carnaval no han concluido. Pero todo evento que se cancela ocasiona un daño por el cero impacto positivo en la economía. Además, está involucrada toda una cadena que incluye hoteles, artesanos, músicos, restaurantes, empleados temporales, etc. No hay culpables, es una pandemia”, dijo la presidenta del Colegio Nacional de Profesionales en Turismo (Conaltur) Bolivia, Marisol Echalar de Cuéllar.

La cifra expuesta corresponde al movimiento económico reportado por alcaldías, gobernaciones y el Ministerio de Culturas en años pasados, durante el Carnaval de Oruro, el Corso de Corsos, el Carnaval Tarijeño y la fiesta grande de las comparsas de Santa Cruz. Aunque en La Paz, el Jisk’a Anata y la entrada de chutas y pepinos son parte de los eventos importantes, no hay un estimado de los recursos que generan.

Si bien para este año las entradas de gran magnitud fueron restringidas, el resto de las actividades continúan. Las k’oas y ch’allas familiares, en el área urbana o rural, no están prohibidas.

“El Martes de Ch’alla, como se le dice en las ciudades, tiene sus propios usos y costumbres dentro las comunidades. No puedo ir en contra de eso, debo proteger lo que debo promocionar”, manifestó la ministra de Culturas, Sabina Orellana.

Pidió a la población tener mesura en estos días y cumplir con las medidas de bioseguridad para evitar un rebrote. “Primero está la vida, luego disfrutaremos y bailaremos con nuestras danzas”, sostuvo la autoridad.

489 millones de bolivianos

El Carnaval de Oruro es el más grande del país. Solo la entrada de peregrinación hacia el altar de la Virgen del Socavón mueve -según datos del Ministerio de Cultura y la Universidad Técnica de Oruro- 245 millones de bolivianos.

“Hay una afectación económica grande por la suspensión del Carnaval. Pero toda la cadena que intervine ha comprendido que primero está la salud. Por eso pedimos un apoyo”, dijo el alcalde de Oruro, David Choque.

Según datos de la Unidad de Culturas de la Gobernación de Cochabamba, el Corso de Corsos genera alrededor de 15 millones de dólares, lo que equivale a 104,4 millones de bolivianos.

El jefe de esta instancia, Uvaldo Romero, señaló que al cifra no cubre el resto de las actividades como comadres y compadres. Ambas celebraciones mueven -de acuerdo al funcionario- entre cinco millones y 10 millones de dólares.

Con el objetivo de evitar una pérdida total y reactivar la economía del sector turístico, la Gobernación lanzó el “Misk’i Carnaval Bioseguro Virtual 2021”. “Con esta actividad queremos dar un alivio al sector turístico que ha sido muy golpeado por la pandemia”, sostuvo Romero.

Datos presentados por el Ministerio de Culturas sobre el Carnaval 2020 señalan que la fiesta grande de Santa Cruz -en la que participan más de 200 comparsas- movió 10 millones de dólares. La cifra equivale a unos 69,6 millones de bolivianos en contratos con músicos, confección de trajes de fantasía, carrozas, etc.

La Alcaldía de Tarija calculó que en la gestión 2020, cuando la región comenzaba a posicionarse como uno de los destinos favoritos, el Carnaval generó al rededor de 70 millones de bolivianos, solo en sus fiestas principales.

Cadena de al menos 14 rubros

Los organizadores del Carnaval enumeran al menos 14 rubros afectados por la suspensión del Carnaval; artesanos (bordadores, trajes de fantasía y mascareros), zapateros, joyeros, músicos (bandas y grupos folklóricos y tropicales), dueños de locales, gastronómicos, vendedores de bebidas, vivanderas, comerciantes minoristas, alquileres de graderías, operadoras turísticas, hoteles, peluquerías y tiendas de cotillones.

Según el alcalde de Oruro, solo en la ciudad de Pagador son 5.000 los músicos que quedaron sin trabajo. Esta afectación no es solo por los días de Carnaval, sino por los seis meses previos de los preparativos.

“Es una cadena en la que intervienen muchos actores, sabemos de la naturaleza multiplicadora de empleos. Solo en la entrada de chutas, en Tentación, hay más de 10.000 bailarines y cada uno invierte en trajes, joyas, peluqueras, comida y fiestas. A eso se suman los espectadores que ocupan graderías y consumen bebidas y alimentos”, dijo el presidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño, Ramiro Lazo.

Indicó que si bien no se tiene cifras del Carnaval Paceño, la crisis se siente en los talleres vacíos.

“Esta festividad está en la categoría uno, denominado como atractivo turístico. Es una actividad programada que si bien este año fue suspendida, al siguiente volveremos a tenerlo y nos recuperaremos”, dijo Echalar.

Turismo interno y bioseguro como respuesta a la crisis

Mientras el brillo de las lentejuelas y bordados se guardan hasta nuevo aviso, las operadoras turísticas tratan de ver la forma de salir a flote en medio de una crisis que empezó mucho antes de la pandemia y que tocó fondo durante la misma.

“Si bien hay una afectación, también se ha creado un espacio de oportunidades. Los trabajadores en turismo por naturaleza somos innovadores y esta situación nos obligó a avanzar en lo tecnológico, a reinventarnos e impulsar nuevos emprendimientos que veíamos muy a futuro, pero ahora los estamos realizando”, manifestó la presidenta de Conaltur Bolivia, Marisol Echalar de Cuéllar.

Indicó que el sector espera que estas fechas no sean una pérdida completa con cero movimiento económico. Advirtió que hay expectativa por un interés especial que se despertó en la ciudadanía para recrearse -durante los días de Carnaval- en destinos alejados de las ciudades y que sean seguros.

“Están buscando nuevos espacios para visitar. También hemos visto que se están abriendo posibilidades de entretenimiento en las regiones donde teníamos las principales actividades, como la transmisión de eventos”, manifestó Echalar.

Como parte de sus estrategias, las operadoras y agencias pusieron nuevos paquetes turísticos a disposición de los viajeros nacionales. Se tomó en cuenta sitios que cumplan los protocolos de bioseguridad, tengan cupos limitados y que ofrezcan la posibilidad de vivir un Carnaval diferente y seguro.

“Ya el año pasado la cantidad de visitantes fue bajo, pero cubrió las expectativas. Este año habrá pérdidas, pero esperamos que haya un apoyo al turismo interno para compensar las perdidas”, dijo la presidenta del Colegio de Profesionales en Turismo de Oruro, María Veizaga.

Echalar añadió que la cuarentena enseñó al rubro a pensar las estrategias con mayor rapidez, a ser mejores planificadores y gestores. Además se visibilizó la necesidad de trabajar, de forma urgente, en datos estadísticos y en la investigación del rubro.

“No hay datos claros y estos son muy importantes para tomar de decisiones”, afirmó.

Bolivia: creatividad que genera empleos

“Es difícil saber cuántos empleos genera el Carnaval. Es una fiesta en la que intervienen varios rubros en una cadena productiva extensa que genera miles de empleos fijos y eventuales”, manifestó el presidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño, Ramiro Lazo.

Este tipo de empleos son parte de lo que hoy se conoce como economía creativa o economía naranja. Un concepto que va implantándose en el país en los últimos años.

En 2018 el Centro Boliviano de Estudios Económicos (Cebec) de Cainco y la agencia Santa Cruz Innova en Bolivia realizaron un estudio para medir el aporte de este rubro al producto interno bruto (PIB).

La medición se hizo con datos de la Encuesta de Hogares que realizó el INE en 2017. Los resultados revelaron que la economía creativa -ese año- generó en ventas unos 3.936 millones de bolivianos, lo que representa 2,27% del consumo del país y 1,52% del PIB.

Los subsectores con mayores niveles de ventas fueron: el cine con 2.102 millones de bolivianos, las fiestas patronales con 823 millones, la lectura de libros con 639 millones y el Carnaval con 205 millones.

Uno de los factores claves para el consumo es la tradición, lo que hace que en Bolivia las fiestas patronales y el Carnaval ocupen los primeros sitiales en este factor. Ese año, al rededor de 629 mil personas asistieron a las fiestas del Carnaval.

Músicos El representante de las Comparsas del Carnaval Paceño, Ramiro Lazo, estimó que sólo en la entrada de chutas se contratan 50 bandas, cada una con unos 40 músicos; 50 orquestas con un mínimo de 12 integrantes y 50 grupos folklóricos con ocho miembros. Es decir que al menos 3.000 interpretes y sus familias se quedaron sin ingresos .

Corso Fraternos, artesanos y pequeños productores, señalan que la suspensión del Corso de Corsos en Cochabamba provocará una perdida millonaria y temen que a futuro se pierda la magnitud de esta entrada. Según la Gobernación, la suspensión del turismo en 2020 causó una afectación económica de 200 millones de bolivianos a Cochabamba.

Hoteles Desde la declaratoria de emergencia sanitaria el sector hotelero se vio seriamente perjudicado. La cuarentena rígida los obligó a cerrar sus puertas. Se calcula que en Oruro, tras el fin del confinamiento, solo alrededor del 60% de los establecimientos de hospedaje logró reabrir sus puertas con la esperanza en el Carnaval.

Virtual Debido a la afectación de la segunda ola de contagios en la sede de Gobierno, las actividades del Carnaval Paceño migraron al escenario virtual. Aunque el Jisk’a Anata y las entradas de pepinos y chutas son parte de los eventos más esperados, la mayor fiesta folklórica de la urbe es Gran Poder. Esta última ya fue suspendida en 2020.

Mina En potosí el Carnaval Minero, que empezaba a cobrar fuerza en los últimos años, será difundido por las redes sociales. El festejo se realiza en devoción al Tata Q’aqcha y la Virgen de la Candelaria. Los mineros realizan ofrendas y rituales en interior mina para luego bajar del Cerro Rico en medio de bailes y el sonido de sus martillos y barrenos.

Rural Si bien Sucre decidió suspender su Carnaval, en Chuquisaca varios municipios rurales optaron por llevar a cabo sus actividades debido a que estas celebraciones generan un ingreso económico para la región. Uno de los aspectos que permanece en análisis es la realización de la fiesta del Pujllay que se suspendió en 2020.

Vuelos Las aerolíneas Amaszonas y Ecojet indicaron -según un reporte de Los Tiempos- que en enero el transporte de pasajeros disminuyó en 50%. Se proyecta una caída aún mayor en febrero, debido a la cancelación de las actividades enmarcadas en el Carnaval. Cabe recordar que esta era considerada la época alta de viajes.

Paseos Tarija decidió suspender las actividades masivas y presenciales de su Carnaval, incluidos los festejos de Compadres y Comadres, que -año tras año- son los más esperados y replicados en otras regiones del país. Aún con la restricción los paquetes turísticos para fomentar el movimiento interno de viajeros van en aumento.

Empleos Las organizaciones que participan de la festividad estiman que el Carnaval cruceño genera alrededor de 20.000 empleos temporales en gastronomía, grupos musicales, cotillonería, confección de trajes, etc. Con la prohibición de una celebración presencial la oportunidad de empleo se vera reducida.

Feicobol Es un software hecho en Bolivia, tiene la finalidad de llevar a cabo ferias y eventos virtuales. Durante estos días, dicha herramienta fortalecerá el e-business de las empresas, promoverá la compra–venta y difundirá la oferta de productos y servicios de diferentes rubros. La cultura es parte importante de la plataforma.

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