Las ciudades intermedias, poblaciones que sirven de puente entre lo rural y las grandes ciudades, se vienen consolidando como nodos de servicios y desarrollo fuera de las capitales de departamento, por lo que urgen políticas públicas para dotar a estas poblaciones de servicios, señala el director del Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad), Carlos Hugo Molina.
De acuerdo con Molina, aún no existe en el país una definición de política pública sobre lo que constituye una población intermedia; pero a nivel internacional se considera que éstas son concentraciones urbanas que se encuentran a medio camino entre grandes ciudades y el campo.
“Para el caso de nuestros estudios, hemos incorporado una clasificación en términos poblacionales que plantea que una ciudad intermedia tiene entre 20.000 y 100 mil habitantes”, agrega el investigador.
Según información del Censo del 2012 (los últimos datos completos y oficiales), hay 71 municipios que cumplen con la condición poblacional. Sin embargo, Molina señala que de esos se deben excluir 20, debido a que se encuentran en las proximidades de las capitales de departamento o forman parte de las áreas metropolitanas de las ciudades del eje: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
“Eso quiere decir que en Bolivia, desde el punto de vista práctico, hay 51 ciudades intermedias que tienen una distribución geográfica en todos los departamentos y que deberían tener la cualidad de ser nodos de servicio públicos”.
Molina explica que ello implica que estas ciudades intermedias deben tener la mayor cantidad de servicios para que su población no tenga que ir a buscarlos lejos. Y al mismo tiempo sirvan así de puntos de referencia de otros municipios que están alrededor.
Riberalta y Camiri
El investigador señala que dos ejemplos de ciudades intermedias que cumplen el propósito de ser nodos de servicios y desarrollo se pueden encontrar en Riberalta, en Beni, y Camiri, en Santa Cruz.
“Riberalta está en el norte de la Amazonia y los dos puntos que podrían servir de referencia en la región son Trinidad y Cobija. Alrededor de Riberalta hay tres provincias del norte del Beni cuyos centros poblados están más cerca de Riberalta que de Trinidad, por tanto, la población de esas tres provincias prefiere ir a Riberalta para cumplir con sus necesidades.
Molina agrega que lo mismo ocurre con la población de cuatro provincias que están en el departamento de Pando, cruzando el río Madre de Dios, que técnicamente deberían ir a Cobija para cumplir con sus necesidades, pero geográficamente se encuentran más cercanas a Riberalta, apenas cruzando el río Madre de Díos, mientras que Cobija está a 350 kilómetros.
“Entonces Riberalta se convierte en una ciudad intermedia natural que debe brindar servicio y lo hace no sólo a su población de 100 mil habitantes que tiene en su jurisdicción, sino a 200 mil habitantes más de los municipios que están alrededor”.
En el caso de Camiri, esta ciudad sirve como nodo para las poblaciones del Chaco cruceño, así como para localidades ubicadas en Chuquisaca y parte de Tarija, cuya población tiene dificultades de llegar a las capitales de departamento para realizar trámites, acceder a servicios básicos y cumplir con otras necesidades.
“Camiri es un punto intermedio entre Santa Cruz y Yacuiba. Actualmente a toda la población que vive en el Chaco de Santa Cruz, Chuquisaca y parte de Tarija le resulta difícil llegar a Sucre por la falta de caminos y por la distancia con relación a Tarija. Ello genera que Camiri pueda actuar como ciudad intermedia”, puntualiza.
Necesidades
De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) presentadas en pasadas semanas, algunas de las ciudades intermedias presentan índices de crecimiento poblacional superiores a las capitales de departamento; sin embargo, Molina señala que este fenómeno no es evidente.
“Una ciudad intermedia va a depender del desarrollo económico que ésta tenga, de su ubicación geográfica y de la calidad y cantidad de servicios que pueda ofrecer. El mejor ejemplo de esto es Mizque, esta ciudad tiene la ubicación geográfica estratégica para constituirse en intermedia, pero no lo está cumpliendo porque no tiene todos los servicios que la gente necesita. Entonces, en vez de crecer en población, Mizque la está perdiendo y también está decreciendo su capacidad productiva y eso va en perjuicio de las poblaciones cercanas”, acotó.
Por ello urge que el Estado dote a estas ciudades de todos los servicios públicos que dependen de su responsabilidad, como oficinas de Registro Civil, Segip, impuestos, servicios, banca, entre otros. Así, las ciudades intermedias podrán cumplir la labor de ser nodos de desarrollo; de lo contrario, los habitantes de estas poblaciones deberán ir hasta las capitales, lo que eventualmente causa migración.