Bolivia registró en 2021 un récord en la cantidad de Gas Licuado de Petróleo (GLP) que exporta, un logro que se alcanza pese a la menor producción de gas natural (del que se extraen los licuables) y se explica por los mayores ingresos que puede generar el carburante, la gran capacidad instalada que hay para producirlo y el avance de las redes de gas domiciliario en las ciudades, según analistas.
Datos del Instituto Nacional de Estadística -procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE)- dan cuenta de que las ventas externas del combustible el año pasado alcanzaron las 132.332 toneladas (t), un volumen que está por encima del anterior pico marcado en 2017 (111.563 t).
Los destinos de esos excedentes fueron Paraguay (53,8%), Brasil (24,8%) y Perú (21,3%).
“Las exportaciones de GLP aún son importantes, porque el gas que exporta Bolivia es ‘seco’; es decir, se le extraen los licuables en las plantas de separación”, recordó Mauricio Medinaceli, ex ministro de Hidrocarburos.
La producción nacional de este combustible “disminuirá en la medida en que se reduzca la producción bruta de gas natural. La corriente que se extrae de la tierra será cada vez menor y, como consecuencia, se reducirán los líquidos asociados, entre ellos el GLP, y los excedentes de exportación también serán menores”, indicó.
En 2020, la producción promedio de gas fue de 43,45 millones de metros cúbicos día (MMm3/día), una cantidad que en 2021 subió a 45,13 Mmm3/día, volumen que está lejos de los 61,34 Mmm3/día de 2014, de acuerdo con reportes de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
“Me parece que se trata de encontrar algunos sustitutos a la caída de ingresos de la exportación del gas natural”, afirmó Carlos Arze, investigador en materia hidrocarburífera del Centro de Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).
“Probablemente, por la exportación de Gas Licuado de Petróleo se gana más que por la exportación de gas natural”, agregó.
“Básicamente, el mayor valor de las exportaciones de GLP se debe al ascenso de los precios del petróleo y sus derivados después de la pandemia y tras la guerra entre Rusia y Ucrania. El aumento de los volúmenes se explica por la recuperación de los niveles de producción”, explicó de su lado el analista Hugo del Granado.
De acuerdo con un informe del IBCE, la pasada gestión, el valor de las exportaciones de GLP marcó también un hito al registrar $us 72,05 millones, un 32,4%, más que el anterior récord de $us 54,4 millones alcanzado en 2017.
“En todo caso, Bolivia tiene capacidad instalada para producir más y debería estar exportando muchísimo más”, dijo Del Granado, quien calculó que el mercado interno demanda aproximadamente 1.000 t de GLP por día.
Al momento, la capacidad instalada de las dos principales plantas de separación de líquidos del país suma 2.612 toneladas por día de GLP. Río Grande, que comenzó sus operaciones en agosto de 2013, puede producir 365 toneladas métricas diarias, mientras que Gran Chaco, que ingresó a su fase comercial en agosto de 2015, puede obtener 2.247 toneladas por día. Ese combustible, además, se puede obtener en otras seis plantas más pequeñas del país. Arze aclaró que la mayor producción de Gas Licuado de Petróleo se obtiene de las dos plantas de separación de líquidos. El que se obtiene de las refinerías “ya es escaso”, debido a que el país no cuenta con petróleo, apuntó.
Aprovechamiento
Ambos proyectos industriales, no obstante, aseguraron el abastecimiento del mercado interno y la suspensión de las importaciones del combustible.
Otro elemento que explica muy parcialmente el excedente exportable es el reemplazo de GLP por gas domiciliario.
“Se ha cortado en algo el consumo de GLP con el gas domiciliario. Ha habido efectivamente un reemplazo, sobre todo en las ciudades, pero no se ha traducido en una relación directa de que a mayor cantidad de redes de gas instaladas menor el consumo de gas licuado”, indicó Del Granado.
El 9 de diciembre del año pasado, YPFB informó que los volúmenes de gas licuado de petróleo para exportación tuvieron un crecimiento aproximado del 45%, como resultado del incremento de la tasa de operación de las plantas separadoras de líquidos.
“Este año se espera alcanzar un ingreso por las exportaciones de GLP de 72,57 millones de dólares, que supera en 36% el valor exportado en la gestión 2017, periodo considerado, hasta ahora, como el mayor”, agregó.
Un análisis de la Fundación Jubileo indica que, “pese a que Río Grande y Gran Chaco fueron relevantes en mejorar la producción, han sido cuestionadas debido a que no estarían operando al 100% de su capacidad instalada, debido a un mal diseño del proyecto, y a la falta de mercados y producción de gas, principalmente”.
“Las plantas separadoras están funcionando a muy bajo nivel de su capacidad instalada, lo han estado haciendo durante mucho tiempo”, sostuvo Arze.