¿Las plantas eólicas offshore son el futuro de la energía en Latinoamérica?

Tres décadas después de que se instalara el primer parque eólico marino del mundo, América Latina, sin ninguna planta semejante, comienza a interesarse por esta forma de generación de energía. Algunos especialistas consideran que es el momento ideal para plantearlo debido a que ayudaría a promover una sólida transición energética en la región.

La energía eólica offshore -término del idioma inglés que significa “en el mar, alejado de la costa, marina, costa afuera o ultramar»- es la fuente de energía limpia y renovable que se obtiene con la fuerza del viento que se produce en alta mar. En la última década el sector ha madurado y crecido rápidamente, tras un lento crecimiento desde que se instalaron las primeras turbinas en Dinamarca en 1991. Se han instalado aproximadamente 56 gigavatios (GW) de capacidad eólica marina en todo el mundo, principalmente en Europa y China.

La eólica marina es muy diferente con respecto a otras tecnologías de energía renovable. La brasileña Ingrid Pacheco Silveira, experta eólica marina, señala que las turbinas aprovechan la falta de barreras presentes en la tierra para girar más rápido y generar energía de forma más constante y uniforme que la eólica terrestre o la solar fotovoltaica: “algo que quedó demostrado desde los primeros proyectos es que se pueden utilizar turbinas más grandes en el entorno marino que en los parques eólicos terrestres y con una escalabilidad que puede traer enormes beneficios a América Latina”.

El Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de la Energía (ESMAP) señala que una cuarta parte del potencial eólico marino del mundo se encuentra en aguas de países de ingresos bajos y medios, por lo que acelerar su adopción en los mercados emergentes se ha vuelto esencial para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y reducir la pobreza.

En esta última década la industria eólica marina ha mostrado un crecimiento acelerado, principalmente en China y países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El último año, la industria eólica presentó récord en nuevas instalaciones para la energía eólica marina, con 21 GW de capacidad añadida en todo el mundo.

Este gran avance relativamente reciente se debe principalmente a una reducción de costos y al aumento sustancial en el tamaño de la turbina y la escala del proyecto, así lo identificó para Diálogo Chino el doctor Christian Appendini, oceanógrafo del Laboratorio de Ingeniería y Procesos Costeros del Instituto de Ingeniería de México (UNAM): “como ahora es competitiva en costos, algunos gobiernos planean hacer de ella un componente clave de su combinación energética descarbonizada”.

Enorme potencial

Los beneficios de aumentar la capacidad eólica marina pueden ser múltiples, dice Carlota Molina, asociada de asuntos externos de la oficina del Banco Mundial en México. Los países que comiencen a utilizar esta energía pueden crear y mantener miles de empleos altamente calificados, generando electricidad de manera predecible e incrementando su producción en otoño e invierno, estaciones de menor radiación solar y mayor consumo de energía, señala Carlota Molina, y añade que “el uso de esta energía puede ser complementaria en América Latina con otras tecnologías renovables, brindando seguridad de suministro y aportando valor”.

La energía eólica puede ser complementaria en América Latina con otras tecnologías renovables, brindando seguridad de suministro y aportando valor

Existe un enorme potencial de recursos sin explotar en América Latina y el Caribe, según el Banco Mundial, que estimó un potencial técnico cercano a los 8.000 GW en las aguas de esta región. Algunos países tienen excelentes condiciones naturales, lo que significa que esta energía podría ser técnica y económicamente viable. La asociada de Asuntos Externos de este organismo señaló que Brasil y Colombia son los más avanzados en sus legislaciones eólicas marinas. “Por ejemplo, los desarrolladores de la industria brasileña han propuesto más de 130 GW de capacidad eólica marina en 55 proyectos”.

Brasil y Colombia avanzan

Brasil es el mercado eólico terrestre más grande de América Latina, seguido de México, Chile y Argentina. La industria brasileña del petróleo y el gas se desarrolla principalmente en alta mar y tiene una cadena de suministro muy bien establecida que se puede adaptar para satisfacer las necesidades específicas de la eólica marina, señaló Pacheco Silveira al identificar los avances normativos en Brasil.

“Un primer proyecto legislativo fue emitido en 2017 en la Cámara de Diputados, pero 2020 fue el cambio de juego con el lanzamiento gubernamental de una hoja de ruta para desarrollar enormes parques eólicos marinos con el involucramiento de la Agencia Nacional del Medio Ambiente. A principios del año anterior, se publicó un nuevo proyecto legislativo y finalmente, en 2022 llegó el Decreto para regular el mercado que genera grandes expectativas para sus financiamientos”.
Mientras que, en Colombia, en la agenda de los proyectos energéticos se está empezando a escribir un nuevo capítulo protagonizado por la eólica marina o costa afuera, palabras con las que identifica a su hoja de ruta el Ministerio de Minas y Energía.

Diego Mesa Puyo, ministro de Energía saliente de Colombia, concedió una entrevista a Diálogo Chino dos días después de anunciar un programa para generar energía eólica costa afuera mediante la instalación de aerogeneradores e inversiones que podrían alcanzar millones de dólares.

“Con esta hoja de ruta, avanzaremos en la incorporación de proyectos que permitirán aprovechar el potencial de 50 GW que tiene Colombia con esta fuente de generación, que es casi tres veces la capacidad instalada (17,7 GW) que tiene actualmente todo el país”, dijo Mesa desde Estados Unidos, tras participar en la Cumbre de las Américas.
“Este tipo de tecnología es mucho menos invasiva y no genera gases de efecto invernadero, un gran avance desde el punto de vista de la neutralidad de carbono. Mientras que, en materia económica, estos proyectos requieren inversiones de capital muy significativas, por ejemplo, proyectos como los que ya se están estructurando en Colombia para los próximos tres o cuatro años, van a requerir inversiones de cerca de US$1.000 millones”, señaló el ministro de Energía colombiano, que considera que “esta industria será muy atractiva para el desarrollo económico de cualquier país”.

Algunas complejidades

El principal reto tecnológico de la energía eólica marina radica en su difícil instalación, ya que la construcción y su mantenimiento requiere la utilización de medios logísticos muy especializados. Existen diferentes estructuras eólicas marinas, entre las que se destacan los aerogeneradores marinos con cimentación fija y los aerogeneradores marinos sobre plataforma flotantes.

Mesa Puyo coincide en que el gran desafío se encuentra en la infraestructura logística y portuaria, por las “torres turbinas eólicas que pueden tener una altura de más de 200 metros y que requieren un ensamblaje complejo”.

Por su parte, Ingrid Pacheco, identifica que la regulación puede afectar el progreso de esta industria: “generalmente, para instalar un parque eólico marino es necesario contar con aprobaciones exhaustivas tras realizar estudios durante los años previos que incluyen, entre otros, la compatibilidad de la estructura con la navegación, la fauna marina, las rutas de migración, la dinámica de transporte, etc.”, señala la experta brasileña.

Sumado a ello, Carlota Molina añadió otras preocupaciones. “No todos los elementos del proyecto se producirán localmente; algunos deberán importarse. La distancia de los países con proveedores establecidos, como las góndolas de turbinas eólicas del norte de Europa, presentará desafíos logísticos y de transporte. La gran necesidad de capital requerirá la participación de financieras locales e internacionales, por lo que será necesario gestionar o mitigar los riesgos comerciales para atraer inversores y minimizar el costo del capital”.

¿Una bocanada de aire fresco?

Los especialistas eólicos marinos consultados coinciden en que los costos se están volviendo más competitivos, al tiempo que la disponibilidad de sitios en tierra disminuye. Por lo que la industria será próspera en América Latina si va de la mano de la creación de un entorno atractivo para la financiación y del desarrollo de políticas eólicas marinas.

“El papel de los gobiernos es fundamental para lograr un marco normativo y tributario que sea conducente a las inversiones, trabajando articuladamente con diferentes entidades. En Colombia trabajamos con la autoridad ambiental, con la dirección marítima que hace parte de nuestra Armada, con el Ministerio de Transporte e Infraestructura, con el Ministerio de Ambiente y con el Ministerio de Comercio”, explicó el ministro de Energía colombiano.

El papel de los gobiernos es fundamental para lograr un marco normativo y tributario que sea conducente a las inversiones

Molina se empeña en señalar el valor añadido que la energía eólica marina puede aportar a las economías locales. “Se pueden crear muchos puestos de trabajo locales, especialmente en la fase de operaciones y de mantenimiento, mientras que el crecimiento de una cadena de suministro puede ayudar a diversificar las industrias existentes, en particular aquellas que ya suministran petróleo y gas en alta mar”, ultimó Molina.

Como hicieron notar los especialistas, la energía eólica marina es una industria en crecimiento a nivel mundial, y América Latina no será la excepción. Depende de cada uno de los países aprovechar todo su potencial.

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