Con inédita protesta, menonitas exigen pruebas contra acusados de violación

Con carteles entre las manos y gritando “¡justicia!”, un grupo de menonitas se presentó este jueves en las puertas de la Casa Judicial de Pailón, municipio del departamento de Santa Cruz, demandando la presentación de pruebas contra tres varones, entre ellos Johan Unruch Janzen de 17 años, acusados de la violación de al menos 12 mujeres en las colonia Belice y Las Piedras utilizando un gas hipnotizador.

En las afueras del juzgado, donde se llevaba adelante el juicio en el caso, los menonitas de diferentes colonias, según el reporte de la periodista Claudia Solares, sorprendieron con carteles con leyendas que exigen justicia en el caso, pero también con demandas como: “Los menonitas también queremos estudiar”; “los menonitas también queremos hablar castellano”; “basta de abusos inhumanos”; “basta de abusos a los menonitas”; “pedimos al Gobierno intervenir las colonias”.

Esta es la primera vez que en Bolivia se registra este tipo de manifestaciones por parte de los menonitas que desde que comenzaron a establecerse en Bolivia (1957) se mantienen al margen del Estado, regidos bajo sus “usos y costumbres peculiares” que se encargan de hacer cumplir sus líderes religiosos y jefes.

Los menonitas están obligados a mantenerse en sus colonias, alejados del resto de la población boliviana y de cualquier adelanto tecnológico. No hablan castellano, su educación se limita a siete años de escuela, no votan, ni conocen las leyes bolivianas, entre otros.

En mayo, Página Siete publicó el trabajo de investigación Radicales Versus Libres, la lucha por los derechos de los menonitas, donde se muestra la vida en la colonia y testimonios de menonitas que ya no están de acuerdo con esa forma de vida y se declaran libres, con serias consecuencias para ellos y sus familias, como la marginación total y el inicio incluso de procesos judiciales.

Juicio por violaciones

Sheila Ramírez, abogada de los menonitas acusados de violación de 26 mujeres en las colonias Belice y Las Piedras, explicó a Página Siete que los resultados de los exámenes forenses y psicológicos que se realizaron a las mujeres supuestamente agredidas sexualmente no arrojaron ninguna prueba contra sus defendidos.

“No existen pruebas de violencia sexual. Los exámenes a las menores determinaron que no existe desgarro, ni lesiones recientes. Los exámenes psicológicos a las mujeres adultas y casadas indican que no hay secuelas ni daños psicológicos. Hay muchas irregularidades. En el caso del menor Johan Unruch Janzen, por ejemplo, se tomó sus declaraciones sin la presencia de la Defensoría de la Niñez”, dijo la abogada.

La periodista Claudia Solares intentó sin éxito conversar con los jefes de las colonias menonitas, las víctimas y sus abogados. El juicio entró en cuarto intermedio y continuará el lunes.

El caso de violación en las colonias menonitas Belice y Las Piedras presenta un factor similar al suscitado entre 2007 y 2009 en la colonia Manitoba: el uso de un spray hipnotizador con el que las víctimas fueron sedadas mientras dormían, incluso algunas con el esposo durmiendo al lado.

El caso de Manitoba establece que al menos 150 mujeres menonitas fueron violadas por un grupo de varones que fueron condenados a 12 y 25 años de cárcel, que la mayoría cumple actualmente en la cárcel de Palmasola de Santa Cruz.

Abogados y familiares de los acusados sostienen que las violaciones existen pero que los responsables son otros a los que los líderes de las colonias protegen. Añaden que en muchos casos, las acusaciones de violaciones se usan para castigar a los menonitas que ya no están de acuerdo con las normas y prohibiciones de las colonias.

Los líderes acusados guardan silencio e indican que son sus abogados los que tienen la palabra.

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