La Gobernación de Tarija está al borde de su cierre debido a que tiene todas sus cuentas congeladas desde junio a raíz de una deuda de 184 millones de bolivianos con la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) desde la gestión del exgobernador interino del MAS Lino Condori, en 2014.
“Las cuentas de la Gobernación están congeladas y desde los primeros días de junio no podemos sacar ni un centavo de las regalías petroleras que están congeladas y eso significa congelar el pago a las empresas contratistas, transferencias a alcaldías, el pago al Prosol, pago a médicos y otros compromisos”, explicó el gobernador Óscar Montes en rueda de prensa.
La deuda nació en 2014, cuando Condori era gobernador, por un contrato con ENDE por 185 millones de bolivianos, contrato que fue judicializado por la estatal que ganó el juicio en febrero de 2020. El fallo judicial obliga a la Gobernación a pagar la deuda por incumplimiento.
Ante la emergencia, el gobierno subnacional acudió en principio al Ministerio de Planificación para acceder a un fideicomiso y así honrar la deuda, “pero nos rechazaron bajo el argumento de que el proyecto no era concurrente, sino una deuda contraída por la Gobernación”, añadió el gobernador Montes.
Por ello, la Gobernación de Tarija realizó gestiones ante el banco Bisa para acceder a un crédito, de lo contrario se vería en la necesidad de cerrar las actividades. “Si la justicia ordena que esos recursos sigan congelados y vayan a las cuentas de esa empresa (ENDE), lamentablemente no quedará otro camino que cerrar la Gobernación por lo menos tres meses, con suspensión de actividades sin goce de haberes y dejar en suspenso todos los programas que se financian con recursos de las regalías”, advirtió Montes.
En 2014, Tarija se comprometió a través del contrato 077/2014 a pagar 184 millones de bolivianos a ENDE por la construcción de un Anillo Energético con el propósito de que esa región sea incorporada al Sistema Integrado Nacional, pero no cumplió.