Los organismos internacionales, así como expertos, coinciden, por separado, que los datos estadísticos son importantes para la toma de decisiones y el desarrollo económico de los países. Bolivia queda rezagada en la difusión de información oficial, pues varias instituciones en vez de comunicar las estadísticas prefieren postergarlas sin fecha. En su momento el economista y docente de la Universidad Técnica de Oruro, Ernesto Bernal, dijo que es importante la publicación, pues ayuda a mejorar las políticas y las decisiones públicas.
Los ejemplos continúan con el Banco Central de Bolivia (BCB), ya desde febrero pasado no publica los boletines semanales de las Reservas Internacionales Netas, y ni qué decir de la deuda externa que se tiene a la fecha.
Otro ejemplo, está en la página de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), pues tampoco se conoce en tiempo real la exportación de gas a mercados de Argentina y Brasil, así como su precio. Después de la nacionalización de los hidrocarburos, el portal estaba, pero al ser evidente la caída de las ventas, desapareció de la página web.
Uno de los temas que provocó mayor preocupación en la ciudadanía, así como en autoridades y parlamentarios de oposición se debió a la postergación del Censo, que al parecer el argumento era la falta de información, a pesar de que tenía calendario y normativa.
En una entrevista con Darío Monasterio, el economista opinó que es vital el tema de la información estadística pues ayuda a diseñar políticas públicas, pero también a hacer un seguimiento a las acciones del gobierno.
En las redes sociales, el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez, el economista y ex director del BCB, Gabriel Espinoza y el economista Antonio Saravia, por separado, lamentaron la falta de información de parte del ente emisor.
Cuando se aplicó la cuarentena obligatoria por la pandemia del covid-19, el gobierno transitorio tenía la intención de apoyar a las familias más afectadas y vulnerables, pero la falta de información sobre la situación de las familias no logró el objetivo y se tuvo que aplicar la fórmula de la entrega de bonos.
En esa ocasión, Bernal dijo que no se cuenta con una base de datos sobre las familias vulnerables, y se tiene que aplicar la misma fórmula que se tiene para el pago de bonos, pero si se tuviera información específica, la ayuda llegaría a las familias más vulnerables.
Asimismo, también los datos del Índice de Productos al Consumidor (IPC) recibieron críticas, pues mientras señala una inflación baja, los precios en los mercados van en la dirección al incremento, y la realidad con los datos no se comparan.
Espinoza calificó a los datos de inflación del IPC como matemáticas, pues no refleja la realidad de la población ni los precios de los productos de la canasta familiar.
Datos
Entretanto, los organismos internacionales elaboran datos para apoyar a las políticas de las naciones, en diferentes áreas productivas, debido a que la información estadística es base para la formulación de políticas de apoyo.
Por ejemplo, los datos y las mediciones son esenciales para lograr los dos objetivos del Grupo Banco Mundial: poner fin a la pobreza extrema para 2030 y promover la prosperidad compartida.
Pero recuerda que es necesario fortalecer los sistemas estadísticos de los países y recolectar datos con mayor frecuencia, de modo que resulten más útiles para diseñar las políticas nacionales y ayuden a los asociados internacionales a detectar deficiencias y priorizar iniciativas, según se afirma en un nuevo informe del Banco Mundial.
En el documento, titulado Policy Research Report 2014: A Measured Approach to Ending Poverty and Boosting Shared Prosperity: Concepts, Data, and the Twin Goals (Informe sobre investigaciones relativas a las políticas 2014: Un enfoque medido para poner fin a la pobreza e impulsar la prosperidad compartida. Los conceptos, los datos y los dos objetivos), se insta a recoger de manera más precisa y oportuna datos comparables a través de encuestas de hogares, que brindan información sobre el consumo o el ingreso de la población.
Otro ejemplo, presentado por la CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, es un estudio realizado por la experta en transporte urbano de la entidad, Paloma Ruiz, para mejorar la cobertura y la conectividad de los distritos poblados de Lima Perú.
Por primera vez en la historia, podemos estar verdaderamente conectados e informados. Con internet podemos saber más que antes y llegar mucho más lejos, señala.
Para aprovechar el potencial tienen que suceder tres cosas: uno, que exista la infraestructura y las redes sociales para que la información circule; dos, que la información que circule sea alimentada con datos ciertos –ya sabemos que ésta también es época de fake news; y tres, que exista rendición de cuentas, agrega.
Asimismo, Eliana Prada, especialista en innovación y creatividad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y Martin Inthamoussu, consultor en Economía Creativa, escribieron un artículo titulado «La importancia de los datos en las industrias culturales y creativas», publicado en la página web del BID donde describen cómo la información ayuda a mejorar las oportunidades para estas áreas.
Los datos son importantes para las industrias culturales porque permiten a los tomadores de decisiones comprender mejor el impacto económico y social de sus actividades. Los datos ayudan a identificar oportunidades y amenazas para el sector creativo y sirven como insumo para la toma de decisiones estratégicas, señalan.
Las industrias culturales y creativas son un motor clave del desarrollo económico y social de nuestra región. Representan alrededor del 3.1% de la economía mundial y contribuyen con más de 524 millones de dólares en exportaciones, mientras que la exportación de servicios creativos alcanzó 1,1 billones de dólares. Las industrias creativas representan, además, el 6,2% del empleo global. La UNCTAD estima que, en 2020, los bienes y servicios creativos representaron el 3% y el 21% del total de las exportaciones de mercancías y servicios, respectivamente.
Entre sus conclusiones indican que cuando el dinero es público, aportado por los contribuyentes, y las decisiones no se basan en datos, simplemente se transforma en un uso irresponsable y subjetivo de recursos por parte del gobernante de turno.
“Los datos hablan por las audiencias y las audiencias son los contribuyentes. No se puede diseñar programas solo por una percepción, hay que argumentarlos y crear valor con esos recursos es una responsabilidad que se puede traducir en impacto económico y social, respaldando nuevas ideas con pruebas sólidas”, apuntan.