Después de que el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, asegurara que hay dólares en la economía nacional y que la banca privada recibe mensualmente $us 100 millones para sus operaciones., el sector constructor de Santa Cruz pone sobre aviso que la sequía de la divisa estadounidense impacta en la postergación de proyectos y retrasa la entrega de obras de infraestructura.
A decir del gerente general de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), Javier Arze, además del factor escasez, la variación del dólar que afecta los costos de las materias primas, incide no sólo en los precios de las viviendas cuando sube el tipo de cambio de dicha moneda, también aumentan las tasas de interés, lo que a su vez causa problemas para los inversionistas, aumenta de forma inesperada el nivel de endeudamiento y posterga proyectos y retrasa la entrega de obras.
No refirió cifras del impacto de lo último citado, pero aseguró que existe un importante porcentaje de proyectos, cuyo avance es condicionado por la falta de materiales importados para la obra fina. “La falta de divisas en el mercado, además del ajuste a la comisión de transferencia bancaria, impide cumplir los pagos a los proveedores en el plazo previsto y el efecto en cadena se refleja en la demora en la entrega de la obra”, explicó Arze, al detallar que la tabla de precios de varios ítems importados para la industria de la construcción, en general, sufrió un ajuste mínimo que ronda de 10 a 15%.
A esto, Arze sumó la baja ejecución presupuestaria de los últimos años y la falta de obras nuevas que dinamicen la economía, generen empleo masivo y se adjudiquen a empresas bolivianas. “Es fundamental dinamizar la inversión pública en infraestructura para permitir el desarrollo de nuevos proyectos que den oportunidades de crecimiento a las empresas constructoras bolivianas. Se requiere políticas públicas articuladas que generen un mejor ambiente para la recuperación de las empresas golpeadas, el desarrollo de las que siguen adelante y el nacimiento de nuevas compañías. Es decir, para lograr reactivación y crecimiento genuinos”, expresó.
Un indicador importante, según Arze, para determinar la situación del sector son los permisos de construcción que son actualizados de manera mensual por el INE, los mismos que durante 2022 mostraron un crecimiento moderado y relativamente más bajos que los registrados en 2021.
Describió que en enero de 2023 se registraron 376 de permisos de construcción, mostrando una variación nula, respecto a enero de 2022. En febrero, de la misma gestión, se observa una cifra igual a 365 permisos, reflejando un crecimiento de 10,94%, con respecto a similar periodo de 2022. En marzo y abril del presente periodo se reflejaron decrecimientos de 9,75% y 21,26%, respectivamente.
Las proyecciones del PIB real del sector construcción en Bolivia apuntan a un crecimiento de 3,02% para 2023, tomando en cuenta los últimos acontecimientos económicos, políticos y financieros que han cambiado el rumbo y la situación actual del país. El año transcurrido el crecimiento registrado por el sector llegó a 3,83%. “Las perspectivas para la industria de la construcción mundial serán débiles y empañadas por altos niveles de incertidumbre, con una recesión económica inminente en los principales mercados debido al alza de los precios de la energía y las altas tasas de interés”, dijo Arze.
Inversionistas consultados aseguran que la complejidad de disponibilidad de a dólares y acceso a financiamiento, el ajuste a las comisiones de giros al exterior y la incertidumbre asociada a la conflictividad sociopolíticas y señales de crisis económica es el reflejo de ralentización del desempeño del sector constructor.
Desarrolladores inmobiliarios consultados, que prefirieron el anonimato, coincidieron en señalar que frente a la sequía de dólares han tenido que recurrir a la moneda de curso legal de la República Popular China (yuan) para cubrir obligaciones pendientes con sus proveedores externos. Uno de ellos, fue más allá y afirmó que las empresas del sector inmobiliario, en general, han empezado a achicarse y frenar sus planes de inversión, en virtud de la contracción económica del mercado y la restricción de créditos bancarios al sector.
Indicadores positivos
El 10 de mayo, en ocasión del balance de los dos años y medio de gestión, el presidente Luis Arce, destacó el crecimiento económico del país, pese al contexto internacional adverso. “Nuestro país ha mantenido una inflación controlada, reactivamos la inversión pública con la inyección de más de $us 6.280 millones, orientados principalmente al sector productivo y la construcción de infraestructura”, dijo en su mensaje.
Solo en el ámbito de caminos, Arce afirmó que el Gobierno entregó ocho carreteras con una inversión millonaria; mientras que hizo realidad el sueño de 15.833 familias de tener una vivienda propia en dos años y medio de gestión.
En abril, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, asegura que el sector de la construcción ha tenido un crecimiento considerable durante los últimos dos años, e hizo énfasis que es un sector intensivo en generación de empleos.
Hasta febrero de 2021, el sector tributó Bs 162 millones, mientras que en 2022 su aporte tributario alcanzó Bs 226 millones. Mientras que, a febrero de 2023, su aporte alcanza Bs 228 millones, registrando un crecimiento del 41% en este periodo analizado.
En marzo del año en curso, según datos de la Encuesta Continua de Empleo del INE, la población ocupada en el área urbana que realiza actividades inherentes al sector de la construcción, alcanzó 360.000 personas, cifra superior a las 341.000 registradas en marzo de la gestión anterior.
En el tema de disponibilidad de dólares, en el programa Fama Poder y Ganas, Montenegro aseguró que hay dólares en la economía. “Estábamos dando mensualmente a la banca privada entre $us 50 y 60 millones mensual, ahora se está dando como $us 100 millones mensualmente. Eso genera que haya más disponibilidad de esta divisa”, afirmó el ministro.
El pasado mes, en el foro ‘La Bolivia que queremos’, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) presentó una propuesta técnica para evitar que se agrave la actual crisis cambiaria en el país. Activar cinco sectores en un periodo de seis meses, lo que puede generar ingresos de al menos $us 700 millones adicionales este año y casi $us 5.000 millones en 2030.