Los bolivianos se muestran hoy optimistas con la noticia de que la primera Planta Industrial de Carbonato de Litio del país superó con éxito las pruebas de suministro de agua y está lista para iniciar la producción.
Según un informe del Ministerio de Hidrocarburos y Energía, la planta de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) ha entrado en su fase final de construcción con el cálculo de los volúmenes de agua necesarios para iniciar su producción de carbonato de litio.
La Estación de Tratamiento de Agua para Uso Industrial forma parte del terreno de este complejo, que cuenta con tecnología modular, y uno de estos módulos ya inició su labor de alimentación del líquido.
Esta planta de tratamiento tendrá una capacidad de alrededor de 350 metros cúbicos por día y, según YLB, es una de las más grandes de América Latina.
Según la empresa, actualmente suministra alrededor de 150 metros cúbicos para pruebas operativas.
Los diseñadores informaron que sus funciones son: proveer agua ultratratada y especial para obtener litio grado batería, así como asegurar que este líquido pueda ser reutilizado.
En julio de 2022, YLB y la empresa nacional Carlos Caballero firmaron un contrato para construir la instalación en la ciudad de Llipi, departamento de Potosí, con una inversión de 344 millones de bolivianos (unos 49 millones de dólares).
El presidente ejecutivo de YLB, Carlos Ramos, confirmó hace una semana que la Planta Industrial de Carbonato de Litio, ubicada en el Salar de Uyuni, será inaugurada este mes.
Aseguró que es un hito porque, “en nuestro país es quizás una de las actividades más importantes, porque vamos a dar ese paso que se esperaba desde hace tantos años, que estamos consolidando en nuestra gestión”.
El nuevo complejo tiene una capacidad de producción anual de 15.000 toneladas de carbonato de litio, sin embargo, se espera que desde este mes hasta diciembre ponga en el mercado una producción inicial superior a las 2.000 toneladas.
Precisó que en esta primera fase pretenden producir ese tonelaje, y actualmente el precio por tonelada es de aproximadamente US$ 35.000.
Ramos agregó que la venta de este compuesto traerá más ingresos porque la producción de la planta también se venderá a escala piloto.
La inversión en la planta industrial requirió un desembolso de alrededor de US$130 millones y tendrá una capacidad de producción anual de al menos 15.000 toneladas.
En 2020, durante el gobierno de facto de Jeanine Áñez (2019-2020), se paralizó la construcción de este complejo.
Sin embargo, tras la recuperación del orden constitucional con la elección del presidente Luis Arce ese mismo año, las obras se reanudaron en 2021.