El comercio mundial enfrenta desafíos como la provisión de insumos y materias primas, transporte y alza de los productos básicos, así como de los commodities. En ese marco, Bolivia ingresó en una zona negativa de balanza comercial y enfrenta los altos precios de combustibles, sumado a la escasez de dólares. Ante esta situación, el Banco Mundial recomienda a los estados promover las exportaciones, evitando restricciones.
Las ventas bolivianas no superarán las cifras de la pasada gestión, así como las compras, debido al contexto internacional, pero también por la escasez de la divisa estadounidense en el mercado nacional.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a agosto de 2023, Bolivia presenta un déficit comercial de 47 millones de dólares y está ligado al contexto internacional de desaceleración a nivel global debido a la continuidad de la guerra en Ucrania.
Asimismo, se refiere a las elevadas tasas de interés para reducir la inflación y la incertidumbre por los episodios de estrés en el sistema financiero internacional, además, de las repercusiones de los bloqueos en la frontera con Perú a inicios de gestión y a los conflictos sociales que derivaron en el bloqueo de carreteras a nivel nacional.
Para el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, el comercio internacional del país sigue deficitario y de los ocho meses sólo tres presentaron superávit en la balanza comercial, el resto fue negativo.