Los campesinos de Tarija apoyan la propuesta lanzada por el presidente Luis Arce de desarrollar biotecnología “made in Bolivia” para mejorar la producción agrícola en el país. Recalcan que es una demanda que tienen desde hace varios años, aunque, advierten, que este proceso debe ir acompañado con condiciones y capacitación a los productores.
En una reunión con los productores cañeros, el Mandatario afirmó que trabajan en una “hoja de ruta” para desarrollar en Bolivia la biotecnología y no depender de insumos externos, un tema que, en septiembre, ya se analizó con la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
“Es uno de los puntos que está en el convenio con los hermanos cañeros, entrar a una biotecnología, pero una biotecnología que sea nuestra, que nosotros la podamos desarrollar y garantizar para no depender una vez más de la importación de esos insumos y de esas semillas”, afirmó.
Manifestó que es un tema para debatir, puesto que los productores suelen pedir que se autorice el uso de la semilla transgénica, pero importarla generaría una dependencia que se quiere evitar.
“La semilla mejorada es una propuesta de nuestro sector campesino desde hace años, desde incluso cuando estaba el expresidente Evo Morales. Por eso desde el departamento de Tarija saludamos y respaldamos esa propuesta que lanzó nuestro presidente Luis Arce Catacora. La semilla mejorada en sí viene a mejorar toda la producción del sector agrícola, para tener un buen producto, siempre teniendo el cuidado necesario, porque cuando se mejora algo tiene que ser para bien (…)”, comentó el secretario general de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), Andrés Meriles.
Recalcó que para ello, para producir semillas transgénicas, se deberán asumir los cuidados necesarios, garantizar la calidad de los laboratorios, para que este proceso no afecte la seguridad alimentaria de la población.
“Estamos seguros de que se cumplirán los procedimientos necesarios, para que el uso de esta biotecnología no afecte la salud de los bolivianos”, dijo.
Inundados de semillas transgénicas
Para el exejecutivo de la FSUCCT, Luis Alfaro, no es mala la propuesta del Gobierno, aunque afirma que hoy la producción nacional ya está inundada de semillas transgénicas.
“Usted vaya a una agroquímica en Tarija y pregunte, las semillas de la mayoría de los productos que sembramos en el valle central, casi no tenemos semillas nacionales, menos locales, usted verá en los envases que viene mucha semillas de EE.UU, pero la mayor parte de la Argentina, la gente de aquí se va a Orán o a la frontera a traer semilla, incluso plantines, y todos saben que en Argentina un 99 por ciento ya es producción transgénica, esa es la pura realidad”, afirmó Alfaro.
Alfaro, que ahora se dedica a la producción agrícola, precisa que no solo pasa por mejorar las semillas para tener una mejor producción, sino que se debe dar condiciones al sector campesino y mercados para comercializar sus productos.
“No solo se trata de la semilla, puedan darnos las semillas certificadas por la corte celestial, pero si la producción no tiene el abono, no tiene asistencia técnica, no tiene agua y no tiene un pueblo consciente de consumir esa producción, no va a servir de mucho. Entonces, pueden traernos semillas de colores, pero queda solo en buenos deseos (…)”, advirtió.
La mirada profesional
El especialista en mejoramiento genético y exdirector del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal Santa Cruz (Iniaf), Luis Acosta, en una anterior entrevista, hizo énfasis en que actualmente la Constitución Política del Estado (CPE) no permite el uso de transgénicos, a esto se suma la Ley Integral de la Madre Tierra (N° 300), y la Ley de los Derechos de la Madre Tierra. Sin embargo, desde 1994 se conforma el Comité de Bioseguridad y Biotecnología, que es el ente encargado de dar información respecto a los transgénicos en el país.
Acosta recalcó que en varios países de América Latina se hace uso de transgénicos. Pero menciona que, para introducir un organismo genéticamente modificado en Bolivia, necesariamente debe pasar por una etapa de investigación, trabajo que debería ser efectuado por el Comité de Bioseguridad y Biotecnología, el cual es integrado por diferentes instituciones y organismos.
Un proceso que puede demorar unos 7 años
Marín Condori, director general de Iniaf, recalcó que el desarrollo de biotecnología en el país demandará, al menos, unos siete años.
Ponderó el anuncio del Presidente, pero remarcó que mientras se desarrollan los estudios se pueden utilizar semillas modificadas que ya se usan en otros países.
”Para este escenario se necesitan dos cosas. Uno, que nosotros podamos insertar estos genes transgénicos de otros países que están funcionando para muchos otros eventos, colocarlas en nuestras variedades, que ya existe, entonces eso no va a llevar mucho tiempo”, dijo a Unitel.
Acotó que hacer una biotecnología “made in Bolivia” llevará mucho tiempo, “porque tendríamos que encontrar un evento con resistencia al glifosato, con tolerancia a la sequía, a los gusanos”.