Caso fraude: Costas culpa a la OEA de haber generado la crisis poselectoral en 2019

El exvicepresidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Antonio Costas responsabilizó a la Organización de Estados Americanos (OEA) de instalar la idea de «fraude» electoral en Bolivia, que, en su criterio, amplió la brecha de polarización en la población.

La narrativa del fraude electoral en el país fue un tema de debate que terminó de quebrar a la sociedad y que tuvo consecuencias “violentas y dramáticas”. Las consideraciones fueron expuestas por el exministro de Minería César Navarro y Costas en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.

Costas lamentó que, si bien los bolivianos ya estaban polarizados en 2019, la OEA provocó la polarización con su teoría del fraude respaldada por dos informes “contradictorios” con datos “inconsistentes e imprecisos”.

La OEA emitió un informe preliminar sobre las elecciones generales de 2019, en el que establece que se hubo “manipulación dolosa”, que desató grandes manifestaciones y conflictos entre los ciudadanos. Sin embargo, según el reglamento de la OEA, el organismo internacional debió emitir el informe el 13 de noviembre y no antes, el 10, como ocurrió en 2019.

“Los datos que encontró la OEA eran tan contradictorios a la teoría del fraude, que se inventan problemas de los sistemas de la Transmisión de Resultados Preliminares (TREP) y del cómputo. Ahí está la pobreza del trabajo de la OEA», cuestionó Costas, que, por ese caso, fue detenido y encarcelado más de tres meses, como sus colegas vocales de entonces.

Sin embargo, afirmó que el “fraude” que derivó en una profunda polarización social es un tema pendiente que la población debe entender y resolver de forma técnica. “No se debe entrar al análisis político”, sugirió

En discrepancia, Navarro hizo una lectura política y aseguró que en 2019 se construyó una idea de un fraude electoral supuestamente propiciado por el Órgano Ejecutivo y el TSE. “Por eso las principales autoridades del TSE fueron aprehendidas”, recordó.

Afirmó que la tesis de «fraude» fue montándose desde antes de las elecciones generales, cuando en octubre 2018 renunciaron dos vocales del TSE. A partir de ello, algunos medios de comunicación masivos dieron a conocer que se «orquestaba» un fraude.

Recordó que el desaparecido periódico Página Siete tituló una nota “Según la encuesta, el 68% cree que habrá fraude electoral”, tres semanas antes de las elecciones generales de 2019.

Eso —según dijo— obligó a que, “inmediatamente”, los comités cívicos de Santa Cruz, Potosí y Chuquisaca emitieran resoluciones para manifestar que no reconocerán el triunfo de Evo Morales con el argumento de los comicios iban a ser fraudulentos.

“Ellos van construyendo la idea política del fraude que, posteriormente, se asentó como un hecho político dado”, añadió.

Costas insistió que no se debe entrar en el detalle y el análisis político, sino, por el contrario, hacer un análisis técnico y cuestionar, fundamentalmente, el rol de la OEA, el equipo de auditoría y al secretario general de ese organismo, Luis Almagro, a quien llama “presidente” de la OEA, debido a que —en criterio— él toma la totalidad de las decisiones en esa institución.

“La actuación de la OEA fue la que dirimió. ¿Quién comprobó que hubo fraude?, nadie. Fue la OEA que indicó que hubo fraude, no la construcción de la idea política”, argumentó.

Explicó que Irfan Nooruddin, un politólogo de la Universidad de Georgetown en Washington, a quien la OEA había contratado para analizar los resultados de las elecciones en Bolivia, hizo un análisis y comparó los datos del TREP y del cómputo.

Encontró, en su análisis, que las coincidencias de datos del TREP y el cómputo final respecto de los resultados que obtuvo Comunidad Ciudadana (CC) fueron del 99,498% y para el Movimiento Al Socialismo (MAS), 99,468%.

“Con eso, él ya está demostrando que no hubo manipulación dolosa, como indicaba el informe de la OEA”, concluyó Costas.

A su vez, Navarro indicó que el informe de la OEA no consignó el trabajo de campo en Cochabamba, que debía desarrollarse el 8 de noviembre, en plena convulsión contra Morales. “La misión de auditores no pudo hacer su trabajo por el clima de violencia”.

El 9 de noviembre, el equipo debió hacer trabajo de campo en Potosí, Chuquisaca, Oruro y Santa Cruz, pero no pudo viajar por el clima de violencia; así que hicieron el trabajo de campo solo en La Paz, Beni, Pando y Tarija, en cuatro de los nueve departamentos.

Según el informe, el 9 de noviembre, la OEA estableció que “hubo fraude” con base en la revisión de cuatro departamentos. “No encontraron ningún acta adulterada en Beni, Pando y Tarija. Los tres departamentos no representan más allá del 7% del padrón electoral”.

A su vez, reclamó que el informe se presentó la madrugada del 10 de noviembre. “La auditoría debió durar 12 días; empezó el 1 de noviembre se presentó el 9. No terminó el 12”, como señalaba el acuerdo entre la OEA y el Estado boliviano.

Costas lamentó la “inconsistencia” de los datos de la OEA, aunque no cree que los auditores hayan incurrido en la falta de profesionalismo, sino que considera que las imprecisiones se dieron en la elaboración del informe.

El exvocal espera que cuando Almagro ya no esté en la OEA se desclasificarán los informes y se verá y valorará el trabajo de campo de la auditoría. “Hubo auditores de Argentina que les representaron sus diferencias respecto a las conclusiones del informe”.

“Ojalá el próximo año (en las elecciones de 2025), Almagro no nos mande otra delegación como la de 2019, (encabezada por Manuel Gonzáles)”, auguró.

Recordó que, en el libro Luis Almagro no pide perdón, de los periodistas uruguayos Gonzalo Ferreira, Martín Natalevich, el secretario general de la OEA confiesa su interés en las elecciones de 2019: tenía tres opciones para impedir la victoria de Morales.

De todas maneras, dijo que, al término del mandato del excanciller uruguayo, los documentos del informe de la OEA de 2019 sean desclasificados.

En su criterio, el trabajo del TSE de entonces fue eficiente, sobre todo en la gestión del TREP y el cómputo final. Consideró necesario abordar el caso de manera técnica, porque hay una confusión de datos generado por distintas denuncias.

Las denuncias no coincidían con los datos reales y tampoco hubo “fraude monumental”, afirmó, cuando parafraseó a Carlos Mesa, entonces candidato presidencial de CC.

SourceLa Razón

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