En una estrategia multifacética para enfrentar la inflación, el Gobierno ha estado desarrollando una colaboración estrecha con el Banco Central y varios ministerios clave. La medida busca abordar tanto las causas de la inflación derivadas de la demanda como las provocadas por factores de oferta, asegurando una respuesta integral y eficaz a las fluctuaciones de precios que afectan a la economía del país, afirma el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro.
En una entrevista exclusiva con el ministro Montenegro, abordamos los desafíos económicos actuales del país y las medidas que el gobierno está tomando para asegurar la estabilidad de precios y el crecimiento económico. A pesar de los problemas inflacionarios y las dificultades legislativas, Bolivia se posiciona como uno de los países con menor inflación en Sudamérica. El Ministro detalló las estrategias implementadas para enfrentar la inflación, el rol de la Asamblea Legislativa en la obtención de créditos y el panorama de las exportaciones.
—¿Qué indicadores muestran la estabilidad económica de Bolivia en comparación con otros países de Sudamérica?
—Los indicadores que tenemos muestran que Bolivia está en una situación de estabilidad de precios. Por ejemplo, Argentina tiene una inflación del 71,9%, Venezuela cercana al 8%, y la mayoría de los países de la región están por encima del 2%. En contraste, Bolivia se sitúa entre los países con menor inflación en la región. Además, hemos tenido un crecimiento importante en los últimos tres años, tras una caída del 8,7%.
En un contexto global marcado por conflictos bélicos, fricciones geopolíticas y altas tasas de interés, Bolivia emerge como un ejemplo de estabilidad y crecimiento económico.
Una de las claves de este desempeño positivo es la implementación de un plan concreto para mejorar la producción nacional mediante la sustitución de importaciones.
—¿Qué medidas está tomando el Gobierno para estabilizar la economía en medio de los desafíos actuales?
—Hemos implementado programas como las ferias del campo a la olla y controles fronterizos para estabilizar los precios, especialmente de productos básicos como el tomate que ha tenido un incremento importante en el precio, pero ha ido ya disminuyendo hasta estabilizarse. Estas acciones han ayudado a mitigar el impacto de la inflación importada y asegurar el abastecimiento interno.
—¿Cómo planea el Ministerio de Economía abordar los efectos de la inflación, sobre todo la importada?
—Estamos trabajando coordinadamente con el Banco Central y varios ministerios. Si la inflación es impulsada por un aumento en la demanda, se implementan ajustes en la política monetaria a través del Banco Central.
Cuando la inflación se debe a problemas en la oferta, como pueden ser las condiciones climáticas adversas que afectan la producción y distribución de bienes, el enfoque es diferente. En estos casos, el Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor, junto con otros ministerios, interviene para normalizar el comercio y evitar la especulación, que puede exacerbar las alzas de precios.
Esta doble estrategia refleja un esfuerzo concertado por parte del Gobierno para mitigar los efectos negativos de la inflación en la economía y en la vida diaria de los ciudadanos. Las medidas coordinadas buscan estabilizar los precios y asegurar el acceso a bienes esenciales, especialmente en tiempos de incertidumbre económica.
—¿Cuál es el papel de la Asamblea Legislativa en la gestión económica del Ejecutivo?
—La Asamblea tiene un rol crucial en la aprobación de créditos multilaterales. Sin embargo, hemos enfrentado obstáculos por parte de algunos asambleístas que desconocen el trabajo técnico detrás de estos créditos. Esto ha ralentizado la aprobación de proyectos vitales para el desarrollo regional y nacional.
—¿Hay riesgo de perder créditos por esta situación?
—Esperemos que no. Sin embargo, si los recursos no se utilizan a tiempo, las entidades multilaterales podrían reasignarlos a otros países. La responsabilidad de estos retrasos recae en los asambleístas que no han aprobado los créditos necesarios.
—¿Qué factores están contribuyendo a la falta de dólares en el país?
—Ha habido una ola especulativa y retrasos en la cosecha de verano, que generalmente se realiza en marzo y abril, pero se ha desplazado a mayo y junio. No obstante, ya estamos viendo una balanza comercial positiva con un aumento en las exportaciones de productos como soya, estaño y azúcar.
—En abril se registró un superávit en las exportaciones, ¿de qué factores depende que se mantenga ese superávit?
—Depende de la demanda mundial y de mantener un ambiente interno favorable sin bloqueos ni conflictos. El diálogo social es fundamental para asegurar la paz y estabilidad necesarias para el crecimiento económico.
—¿Qué políticas está implementando el Gobierno para reducir el déficit que se tiene hasta abril de este año en la balanza comercial?
—Con base al acuerdo de 10 puntos que hemos firmado con los empresarios en febrero de este año, hemos liberado prácticamente todas las exportaciones con un compromiso de abastecimiento interno. Esto ha mejorado significativamente las exportaciones de carne vacuna y otros productos, promoviendo un incremento en la capacidad exportadora del país.
—¿Cómo proyecta el Gobierno el crecimiento económico para este año?
—Mantenemos nuestra proyección de crecimiento impulsada por la inversión pública y privada. Es crucial evitar bloqueos y conflictos políticos que puedan afectar el ambiente productivo del país.
—¿Qué sectores están impulsando el crecimiento económico del país actualmente?
—La industria manufacturera, el sector minero, el agropecuario, los servicios y el transporte son claves. El sector bancario también ha mostrado resultados interesantes, todos contribuyendo al dinamismo económico.
—Finalmente, ¿qué medidas están tomando para mejorar la productividad y competitividad de la economía boliviana?
—Estamos mejorando la productividad en el sector agropecuario y minero a través de programas como Agro+BDP para financiar el uso de la agricultura de precisión en cultivos estratégicos y utilizando tecnologías menos agresivas con el medio ambiente. La estabilidad de precios y un plan concreto para mejorar la producción son esenciales para la diversificación económica del país.
La economía boliviana sigue creciendo y hay estabilidad de precios. A pesar de la incertidumbre global, Bolivia está implementando un modelo económico que promueve la producción y la sustitución de importaciones, asegurando un futuro prometedor para la nación.