La IA dispara el consumo mundial de electricidad

Los centros de datos que soportan la IA aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero. Empresas como Google y Microsoft han visto incrementos significativos en su irradiación de carbono debido al consumo de energía. La infraestructura eléctrica global enfrenta dificultades para manejar esta carga adicional.

La rápida expansión de la inteligencia artificial (IA) está impulsando una demanda global de electricidad sin precedentes, planteando serias preocupaciones sobre la capacidad del planeta para generar suficiente energía y gestionar el impacto medioambiental. “Si no empezamos a pensar de manera diferente en este problema energético ahora, nunca veremos este sueño que tenemos”, advirtió Dipti Vachani, director de automoción de Arm, cuya empresa de chips ha visto cómo sus procesadores de bajo consumo se vuelven cada vez más populares entre gigantes tecnológicos como Google, Microsoft, Oracle y Amazon.

El último chip de IA de Nvidia, Grace Blackwell, incorpora CPU basadas en Arm que prometen ejecutar modelos de IA generativa con 25 veces menos energía que la generación anterior. Sin embargo, estos avances no son suficientes para mitigar la crisis energética provocada por la IA. Un informe de Goldman Sachs revela que una consulta a ChatGPT utiliza casi 10 veces más energía que una búsqueda típica en Google, y generar una imagen de IA puede consumir tanta energía como cargar un teléfono inteligente.

Consumo
Las emisiones también se están disparando. En 2019, se estimó que entrenar un modelo de lenguaje grande producía tanto CO2 como la vida útil de cinco automóviles de gasolina. Los centros de datos, esenciales para el funcionamiento de la IA, están aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. El último informe medioambiental de Google mostró un aumento del 50% en sus emisiones entre 2019 y 2023, mientras que las emisiones de Microsoft aumentaron casi un 30% entre 2020 y 2024.

Boston Consulting Group estima que la demanda global de centros de datos crecerá entre un 15% y un 20% anual hasta 2030, cuando se espera que representen el 16% del consumo total de energía. “Sospechamos que la cantidad de demanda que veremos de aplicaciones específicas de IA será tanta o mayor que la que hemos visto históricamente de la computación en la nube”, afirmó Jeff Tench, vicepresidente ejecutivo de Vantage Data Center.

La infraestructura eléctrica global, ya envejecida, enfrenta dificultades para manejar esta carga adicional. En muchos lugares, la red no está preparada para soportar la creciente demanda de energía. Shaolei Ren, profesor asociado de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de California, Riverside, explicó que expandir las líneas de transmisión es costoso y lleva tiempo, a menudo resultando en aumentos en las facturas de servicios públicos para los residentes.

El enfriamiento de los servidores también plantea un desafío significativo. Según la investigación de Ren, los centros de datos de IA generativa requerirán entre 4.200 y 6.600 millones de metros cúbicos de agua para 2027, más que la extracción total anual de agua de la mitad del Reino Unido. Tom Ferguson, socio director de Burnt Island Ventures, señaló: “El agua es el factor limitante fundamental de lo que viene en términos de IA”.

Para abordar estos problemas, empresas de IA y centros de datos están explorando formas de generar electricidad in situ y utilizando fuentes de energía renovables. Sam Altman, CEO de OpenAI, ha invertido en startups de energía solar y nuclear, incluyendo Helion, que se dedica a la fusión nuclear. Microsoft ha firmado un acuerdo con Helion para empezar a comprar electricidad de fusión en 2028, y Google se ha asociado con una startup geotérmica para operar un gran centro de datos con energía subterránea.

A nivel mundial, la creciente demanda de energía y las emisiones asociadas subrayan la necesidad urgente de soluciones sostenibles en la era de la inteligencia artificial. Los centros de datos están buscando ubicaciones con acceso a energías renovables, y tecnologías emergentes como la eliminación de carbono están siendo exploradas para mitigar el impacto ambiental. A medida que la IA continúa expandiéndose, la búsqueda de un equilibrio entre la innovación tecnológica y la sostenibilidad energética se vuelve cada vez más crucial.

La IA no es el único factor que ejerce presión sobre la red. Las necesidades energéticas de poblaciones en crecimiento y las tendencias hacia la electrificación están creando una mayor demanda que podría conducir a una descarbonización más lenta de la generación eléctrica.

SourceLa Razón

ÚLTIMAS NOTICIAS