Existe una energía invisible y flotante que España ha ignorado hasta ahora y podría resurgir. Si la nueva energía proporcionada por el Volcán del Fin del Mundo logró llamar tu atención, esta noticia no te pasará inadvertida.
España está firmemente comprometida con los objetivos establecidos por Europa, en los que se busca la disminución de gases de efecto invernado hasta alcanzar la nulidad de emisiones.
Para lograr este propósito, el único camino es la descarbonización. Es decir, sustituir el uso de los combustibles fósiles por el empleo de renovables. En este contexto, existe una energía invisible y flotante que podría tener mucho futuro en el territorio español.
España ha ignorado hasta ahora esta energía invisible y flotante: biogás
España es el tercer país de la Unión Europa mejor posicionado para generar un gas renovable. Los gases renovables son una alternativa más para la descarbonización de la industria. El interés por ellos ha crecido en el último tiempo por el gran potencial de producción que alberga el territorio español y a su capacidad de descarbonización de sectores industriales de difícil electrificación.
Según registra el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), del total de la energía que se consume en España, solo entre el 23 y el 25% corresponde a la eléctrica, un aspecto que representa el resto del consumo de fósiles, tanto líquidos como gaseosos.
Por esta razón, el Foro de Industria y Energía (FIE) advierte que, apostando solo por la electrificación, aunque existiera la posibilidad de generar el 100% de la demanda con electricidad limpia, solo se podría descarbonizar el 25% de lo que se consume.
Para el FIE, las renovables no eléctricas como es el caso del biogás deben desempeñar un papel crucial en la consecución de los objetivos de descarbonización establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). El FIE puede afirmarlo porque se basa en el análisis de potencial de la Unión Europea, donde España se ubica en el tercer puesto para el desarrollo de biogás, detrás de Alemania y Francia.
Concretamente, dispone de un potencial de 122 TWh que podría ser producidos a partir de residuos orgánicos. El biogás es una fuente de energía renovable, sostenible y gestionable. Entre sus ventajas resaltan sus externalidades, que le otorgan beneficios ambientales a la hora de su generación y empleo. Tiene capacidad para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar la contaminación de los residuos orgánicos.
Biogás, la energía invisible y flotante que podría arrasar en España
Además, puede fijar población en medios rurales al mismo tiempo que abastece de energías renovables y asequibles a la industria y los municipios. Sin embargo, el FIE advierte de que la hoja de ruta del biogás todavía está en su periodo inicial de desarrollo, a pesar de las oportunidades de crecimiento y desarrollo que propone.
Con el fin de obtener una correcta implementación, se debe brindar un contexto de seguridad jurídica para fomentar las inversiones vía régimen retributivo.
El biogás, una mezcla de metano y gas, que se origina por medio de la gestión anaeróbica de biomasa, es decir, de materiales orgánicos de diversos orígenes, es la energía invisible y flotante que España ha ignorado. En su lugar, ha prestado más atención a otras formas de abastecimiento, como la energía eólica, fotovoltaica o el hidrógeno.
Sin embargo, España sigue comprometida con los objetivos europeos y el biogás podría ser una forma de energía para que se acerque más a la transición energética. ¿Quieres saber más sobre este gas? Entonces te interesará el informe ‘imprescindible’ sobre bioenergía, biogás y biocombustible en la UE.