Brasil ha estado experimentando un crecimiento exponencial en su flota de vehículos electrificados, con ventas récord a medida que se lanzan más modelos de bajo costo, el llamado «efecto Delfín». El término ha sido utilizado por el mercado tras el lanzamiento del BYD Dolphin con un precio más cercano a los coches de combustión, en torno a los 150.000 reales (27.600 dólares), lo que llevó a otras marcas a reposicionar sus modelos electrificados en el mercado brasileño.
El efecto se materializó en el primer semestre de 2024, con la venta de 79.304 vehículos ligeros electrificados en Brasil, según un estudio de la Asociación Brasileña del Vehículo Eléctrico (ABVE). Este total representa un aumento del 146% sobre los 32.239 vendidos en el primer semestre de 2023 y del 288% sobre los 20.427 vendidos en el primer semestre de 2022. La previsión de la asociación es que 2024 finalice con más de 150.000 vehículos electrificados vendidos en el año, lo que supondría un incremento del 60% respecto a los 93.927 comercializados en 2023.
El presidente de ABVE, Ricardo Bastos, afirma que la expansión de la electromovilidad es un camino sin retorno. «La electrificación sólo va a crecer en Brasil. Puede haber una variación en el nivel de crecimiento, normalmente impactado por cuestiones fiscales o el ritmo de crecimiento de la infraestructura, pero somos muy optimistas sobre los planes de inversión de las empresas en estaciones de recarga».
Fabricación nacional de vehículos electrificados
Además de precios más competitivos, la industria automovilística apuesta por la producción de vehículos electrificados en el país. Prueba de ello es el avance hacia la fabricación local de vehículos electrificados por parte de los gigantes chinos BYD, en un complejo fabril en Camaçari, Bahía, y GMW, en Iracemápolis, en el interior de São Paulo. Las empresas esperan iniciar la producción entre finales de 2024 y principios de 2025.
En este contexto, otros grandes fabricantes de automóviles también han anunciado inversiones en movilidad eléctrica en Brasil, como GM, Toyota, Volkswagen y GAC. Esta última ha anunciado que planea invertir 1.000 millones de dólares en Brasil, incluyendo planes para establecer fábricas, centros de investigación y desarrollo y almacenes de piezas de recambio.
Stellantis, propietaria de las marcas Chrysler, Citroën, Fiat, Jeep y Peugeot, entre otras, anunció una inversión de 30.000 millones de reales en Sudamérica. La inversión incluye el desarrollo de la tecnología Bio-Hybrid, que combina la electrificación con motores flex-fuel alimentados por biocombustibles como el etanol.
También se espera que BYD y GWM lancen modelos híbridos flexibles enchufables alimentados con etanol a partir del año que viene.
En la misma dirección, el fabricante brasileño Lecar anunció a finales de junio que renunciaba a fabricar vehículos 100% eléctricos. A partir de ahora, la empresa se centrará en fabricar coches híbridos flexibles alimentados por etanol sin toma de carga.
Según Lecar, se está desarrollando otra toma para que la batería del vehículo pueda alimentarse de fuentes externas. Esto se debe, según la empresa, a que la red de recarga no evoluciona al mismo ritmo que la venta de coches eléctricos.
«Estamos muy lejos de tener el número necesario de cargadores para popularizar este tipo de vehículos en todo el país. Necesitaremos miles de millones de inversión para tener las condiciones adecuadas», dijo el fundador de la empresa, Flávio Figueiredo Assis.
Infraestructura de recarga
La creciente demanda de vehículos eléctricos en Brasil necesita ir acompañada de estaciones de recarga en el país y, según ABVE, en julio Brasil contaba con aproximadamente 8.800 puntos de recarga públicos o semipúblicos para vehículos electrificados.
«Esperamos que estas estaciones crezcan un 50% hasta finales de año. Sabemos que viene mucha inversión en infraestructura pública y con una característica importante: la mayoría de las nuevas instalaciones deben ser puntos de recarga de alta capacidad, o también conocidos como cargadores rápidos, aquellos que cargan el coche en aproximadamente 40 minutos», analiza el presidente de ABVE.
La plataforma Tupi Mobilidade (antes Tupinambá), que conecta a los conductores con los puntos de recarga, ha alcanzado ya los 5,5 GWh de energía comercializada en su plataforma con más de 235.000 recargas, cuya energía procede de fuentes renovables, gran parte de ella autentificada por certificados I-RE. La app permite consultar información detallada sobre los puntos de recarga, como el tipo de enchufe y la potencia del cargador. Es posible reservar espacios con hasta 15 minutos de antelación y los usuarios pueden pagar directamente en la app.
La aplicación cuenta con más de 67.000 usuarios y casi 200 clientes, que suman más de 600 puntos de recarga conectados. «El objetivo de crecimiento para la cosecha 24/25 es de 1.000 puntos conectados hasta marzo de 2025», afirma el dorector ejecutivo de Tupi Mobilidade, Davi Bertoncello.
Según el ejecutivo, Tupi ha firmado una asociación con BYD para ofrecer al mercado la app BYD Recharge, con acceso a más de 500 puntos de recarga en el país.