La inflación en el sector de alimentos en Bolivia acumuló un 5,9% en los primeros nueve meses de 2024, un aumento significativo frente al 1,97% registrado en el mismo periodo de 2023, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta alza sostenida en los precios de productos básicos representa un desafío para los hogares bolivianos, ya que impacta directamente en su poder adquisitivo y calidad de vida.
En términos generales, la inflación total, medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), registró un aumento mensual de 0,88% en septiembre, llevando el acumulado anual a 5,53%. De las 12 categorías que el INE monitorea, el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas destaca por su incidencia en el aumento del IPC, con una inflación interanual del 6,65%, comparado con el 4,31% de septiembre de 2023.
Entre los productos que más encarecieron están el arroz, con un alza de 8,73%; la carne de res sin hueso, con 1,72%; pañales desechables, con 11,26%, y el almuerzo fuera del hogar, con 0,97%. Además, productos como las bebidas gaseosas (2,55%) y el tomate (5,28%) también registraron incrementos notables. Estos aumentos responden tanto a las dinámicas del mercado como a problemas de abastecimiento derivados de los recientes bloqueos de carreteras y conflictos en zonas productoras.
Este contexto inflacionario afecta especialmente a las familias de bajos ingresos, para quienes los alimentos constituyen una parte significativa de su presupuesto. Ante el incremento de precios, el poder adquisitivo se ve reducido, obligando a muchas familias a ajustar sus gastos. Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, señaló que “el aumento en los precios de la canasta básica no solo eleva el costo de vida, sino que disminuye el poder adquisitivo, generando efectos negativos en cadena para la economía”.
Las proyecciones a corto plazo sugieren que la inflación de alimentos podría intensificarse. Los bloqueos actuales y la especulación de precios pueden impulsar nuevos aumentos, mientras que la llegada de fin de año, cuando la demanda suele subir por el pago del aguinaldo, podría agravar el panorama, dijo Romero.