En el marco de la IX Semana de la Energía, celebrada del 28 de octubre al 1 de noviembre en Asunción, Paraguay, la discusión sobre el papel de la energía nuclear en la matriz energética de América Latina cobró un renovado protagonismo. Este evento, organizado por la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se centra en temas clave de transición energética, equidad, y el impulso de energías renovables y limpias.
En un webinar realizado en el marco del evento en Asunción, las intervenciones de Rafael Mariano Grossi, director general del OIEA, y de Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de OLADE, ofrecieron un análisis exhaustivo de la situación actual de la energía proveniente del átomo y las perspectivas para la región.
Semana de la Energía
La IX Semana de la Energía fue el evento energético del año en la región. Reunió a los representantes de los 27 países miembros de OLADE junto a líderes internacionales, empresas y organismos multilaterales para debatir e intercambiar conocimiento sobre el desarrollo y la innovación en el sector. Esta edición se presentó como una oportunidad de colaboración a favor de una transición energética sostenible y equitativa en América Latina, una región que ya ha consolidado su compromiso con la descarbonización y la lucha contra el cambio climático.
En este contexto, la energía nuclear se constituye en una de las alternativas estratégicas para complementar la integración de energías renovables en la región. Al respecto, Grossi subrayó que “la energía nuclear ha vuelto a atraer de manera muy clara el interés de muchos países y de los inversores” debido a su capacidad de ofrecer una fuente de energía baja en carbono con un impacto sustancial en la lucha global contra el cambio climático. La relevancia de la energía nuclear también se vincula a su función como fuente “no carbónica de potencia firme”, lo cual la hace ideal para complementar la intermitencia de energías renovables no convencionales, como la solar y la eólica.
América Latina y la energía nuclear
América Latina cuenta con una larga historia de desarrollo nuclear pacífico, en especial a través del Tratado de Tlatelolco, que desde hace 55 años convirtió a la región en una zona libre de armas nucleares. La primera planta de energía nuclear en la región, Atucha I en Argentina, comenzó a operar hace más de cinco décadas, marcando el inicio de una tecnología que, según Grossi, ha demostrado ser “fiable y confiable” para el suministro de energía en el largo plazo. Actualmente, la región cuenta con siete reactores nucleares en funcionamiento: tres en Argentina, dos en Brasil y dos en México, con una capacidad instalada combinada de 5 gigavatios (GW).
Para Grossi, estos reactores representan una base sólida que podría ser expandida en los próximos años: “El crecimiento de la flota nuclear en nuestra región es limitado por el momento, aunque existen proyectos en Argentina y Brasil que podrían ampliarla gradualmente”. En particular, mencionó la extensión de vida útil de los reactores argentinos y la reactivación del proyecto Angra 3 en Brasil como iniciativas clave para aumentar la capacidad de generación nuclear en la región.
Visión y nuevas tecnologías
El desarrollo de la energía nuclear en América Latina se enfrenta a desafíos tanto económicos como políticos, pero la región también tiene la oportunidad de aprovechar los avances en tecnologías nucleares más compactas y accesibles. En este sentido, Grossi destacó el interés en los Reactores Modulares Pequeños (SMRs, por su sigla en inglés), una tecnología que está captando la atención de varios países como una solución adaptable para las necesidades energéticas de América Latina. “Existe una tendencia muy importante a nivel internacional con un gran interés en los SMRs, que ofrecen una forma flexible y segura de integrar la energía nuclear en matrices energéticas diversificadas”, aseguró.
Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de OLADE, también enfatizó el potencial de los SMRs y el interés que han mostrado países de la región en explorar esta tecnología. Señaló que, además de México, Brasil y Argentina, “varios otros países se han planteado como opción la incorporación de la energía nuclear en sus matrices energéticas, lo cual representa una especie de renacimiento del interés en esta tecnología en América Latina”. Este interés se debe no solo a los avances tecnológicos, sino también a los cambios geopolíticos y a la necesidad de fortalecer la seguridad energética en un contexto de cambio climático y vulnerabilidad de los recursos hídricos.
Seguridad energética y soberanía
Uno de los principales motivos detrás del renovado interés en la energía nuclear en América Latina es la necesidad de garantizar la seguridad energética. Como explicó Rebolledo, “en los últimos meses, varios países han enfrentado problemas de suministro eléctrico, lo cual ha reavivado el debate sobre la necesidad de contar con fuentes de energía confiables y de bajo carbono”.
La energía nuclear ofrece una fuente de generación constante y estable que puede ayudar a reducir la dependencia de fuentes de energía intermitentes, lo que resulta especialmente relevante en países donde la hidroelectricidad, altamente dependiente de las condiciones climáticas, es una de las principales fuentes de energía.
Grossi y Rebolledo coincidieron en que la diversificación de la matriz energética es clave para mejorar la resiliencia del sector. “América Latina es una región líder en materia de energías limpias, y en este contexto de diversificación, la energía nuclear puede ser una fuente adicional que contribuya a la seguridad energética y a la reducción de emisiones”, afirmó Rebolledo. En la misma línea, Grossi señaló que “globalmente, el 25% de las energías limpias son de origen nuclear, y en regiones como Europa esta cifra alcanza el 50%”, lo que evidencia el rol complementario de la energía nuclear en la descarbonización de las matrices energéticas.
En contraste, la nuclear representa sólo el 2% de la generación energética total en Sudamérica, según datos del OIEA presentados por Grossi. La cifra sube al 7% si se toma en cuenta sólo a las renovables.
Cooperación y asesoramiento internacional
El papel de OLADE y el OIEA no se limita a promover la energía nuclear, sino que también incluye un componente importante de asesoramiento técnico y capacitación en temas de seguridad nuclear y gestión de residuos. Grossi enfatizó que el OIEA actúa como “repositorio de los distintos diseños y tecnologías en desarrollo”, y que trabaja de cerca con los países de la región para fomentar la adopción de buenas prácticas y estándares internacionales.
En este sentido, Rebolledo resaltó la importancia de la colaboración entre los países miembros de OLADE y el OIEA para garantizar que cualquier ampliación de la capacidad nuclear en la región se realice de manera segura y sostenible. “Nuestro rol como organización intergubernamental es traer conocimiento, buenas prácticas y experiencia, y abrir un diálogo serio y fundamentado que permita a los países de la región tomar decisiones informadas sobre el desarrollo de la energía nuclear”, subrayó.
El Futuro de la energía nuclear en la región
El desarrollo de la energía nuclear en América Latina está marcado por el equilibrio entre el interés en tecnologías innovadoras, la necesidad de garantizar la seguridad energética, y el compromiso con la sostenibilidad ambiental. La IX Semana de la Energía ha puesto en relieve las oportunidades que ofrece la energía nuclear para la región, aunque también ha recordado los desafíos y las precauciones que deben tomarse para integrar esta tecnología de forma segura y eficiente.
Como concluyó Grossi, “nuestra región tiene un saber hacer en materia nuclear y existen espacios importantes para que la actividad crezca, no solo en los países que ya son consumidores nucleares, sino también en otros países que están explorando esta opción”. En un escenario global de transición energética, la energía nuclear en América Latina podría emerger como un pilar estratégico para alcanzar una matriz energética diversificada, sostenible y resiliente.
Premios OLADE a la Excelencia Energética
En el marco de la IX Semana de la Energía se celebró la entrega de los Premios OLADE a la Excelencia Energética 2024. Esta primera edición del galardón reconoció a 28 proyectos que destacan por su innovación y compromiso en eficiencia energética, descarbonización y energías renovables, impulsando el liderazgo de la región en sostenibilidad.
De 71 proyectos postulados, los reconocimientos fueron distribuidos en tres categorías principales, resaltando iniciativas tanto del sector público como privado. En Eficiencia Energética, el Programa Mejor Escuela de la Agencia de Sostenibilidad Energética de Chile y la Cooperativa Nacional de Productores de Leche de Uruguay fueron algunos de los premiados. Otros galardonados incluyeron a SIN PAR S.A. de Argentina, MEVIR en Uruguay y Telefónica Móviles, entre otros.
En Energías Renovables, se destacaron Acciona.org de Perú y AES Andes de Chile, mientras que IPSE de Colombia y la Universidad Nacional de Loja en Ecuador también fueron reconocidos. En la categoría de Descarbonización, la Agencia de Transporte de Yucatán, la Universidad Autónoma de México y la Secretaría de Energía de Jujuy en Argentina recibieron premios por sus aportes en la reducción de emisiones de carbono.
Paraguay, anfitrión del evento, recibió tres menciones honoríficas, resaltando el esfuerzo local en eficiencia y energías renovables. La ceremonia, que contó con la presencia de autoridades regionales, subrayó el compromiso de América Latina y el Caribe con la transición hacia un futuro energético más limpio y eficiente, mostrando que la innovación es posible en todos los niveles del sector.
Bolivia fue uno de los 13 países miembros de OLADE que no presentó proyectos para concursar por el reconocimiento.