Bolivia en pocos años podría pasar de ser un país exportador a un estado importador de gas natural porque se agotan las reservas debido a que no se ha invertido para reponerlos en los últimos 20 años
El economista e investigador de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, expresó su preocupación por el agotamiento de las reservas de gas por lo que Bolivia podría enfrentar un cambio drástico en su sector energético al pasar de ser un país exportador de gas a uno importador. Las reservas de gas natural están en declive, y la falta de medidas correctivas podría desencadenar una crisis energética de grandes proporciones, apuntó.
“Las reservas de gas natural que hoy nos abastecen y nos permiten exportar están llegando a un punto de agotamiento. La situación es crítica, y de no tomarse medidas inmediatas, Bolivia estará en la necesidad de importar gas”, afirmó Colque.
EL ENCARECIMIENTO DE LA ENERGÍA
Actualmente, Bolivia ofrece gas natural a las generadoras de electricidad a un precio subvencionado, lo que permite mantener tarifas accesibles para los consumidores. Sin embargo, Colque advirtió que, si el país empieza a importar gas, el costo de la energía aumentaría entre siete y ocho veces su precio actual, generando un efecto dominó en los precios de bienes y servicios básicos.
“Hoy, gran parte de la energía que utilizan los hogares, las empresas y el transporte público proviene del gas nacional. Importar gas tendría un costo altísimo para el Estado y, en última instancia, para los bolsillos de los bolivianos”, sostuvo el investigador.
IMPACTO EN LA ECONOMÍA Y LA VIDA COTIDIANA
Para Colque, la dependencia de la energía generada con gas natural es tan significativa que una posible importación afectaría directamente la economía y el bienestar de las familias. “Desde cómo cocinamos hasta el transporte público, muchos aspectos de la vida cotidiana están ligados al gas. Si el precio se multiplica, se resentirán los hogares, las industrias y el sector de servicios”, afirmó.
El economista señaló que, en los últimos días, solo el 40% de las generadoras están operando a plena capacidad, lo que muestra ya signos de una crisis inminente. Además, esta situación afectará la capacidad de Bolivia para cumplir con sus compromisos de exportación, mermando así los ingresos por hidrocarburos, esenciales para financiar sectores como salud, educación y servicios básicos.
Propuso la diversificación de la matriz energética hacia fuentes renovables, el fortalecimiento de las reservas de gas y la implementación de políticas de ahorro energético en sectores clave.
UN DESAFÍO PARA EL FUTURO ENERGÉTICO DE BOLIVIA
La advertencia de Colque se suma a una creciente preocupación por la sostenibilidad energética de Bolivia, un país que durante años ha dependido de sus reservas de gas para garantizar estabilidad económica y energética. La falta de acciones podría comprometer el futuro de la nación, que se enfrenta al desafío de replantear su política energética y explorar alternativas sostenibles para asegurar el bienestar de la población.