En un panorama desolador para el sector agropecuario de Bolivia, Walter Ruiz, presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz, ha alzado su voz para señalar la gravedad de la situación económica que enfrenta el país. Durante una entrevista en el programa Dinero 360 de EL DEBER Radio, Ruiz destacó que muchos economistas ya habían anticipado un decaimiento en la economía nacional, una realidad que hoy se ha materializado de manera preocupante. «Estamos en el centro de la tormenta como productores», afirmó, enfatizando la urgencia de abordar los problemas que afectan tanto a los ganaderos como a la población en general.
Ruiz enumeró una serie de desafíos que se han exacerbado en el sector ganadero, donde el aumento del costo del diésel y la inflación han impactado de manera significativa en la producción. «Los insumos han subido más del 35% y el bloqueo ha desabastecido a la población de carne, un producto esencial en la canasta familiar», lamentó. A pesar de los esfuerzos de los productores por mantener la provisión de ganado, el impacto del bloqueo y la falta de recursos han dejado a los ciudadanos sin el acceso adecuado a este alimento.
Uno de los temas más destacados por Ruiz fue el efecto del clima en la producción ganadera. «Las lluvias no han sido suficientes para apagar los incendios ni para abastecer de agua a nuestro ganado», declaró, subrayando que la situación se ha vuelto insostenible. La falta de diésel oportuno y la necesidad de vías de transporte adecuadas han creado un escenario de inseguridad alimentaria inminente. «Hoy ya no podemos hablar de futuro, es un problema presente», advirtió.
El presidente de la Federación también hizo hincapié en la importancia de escuchar al sector agropecuario y de considerar las propuestas que han presentado para evitar llegar a esta crisis. «Se ha ignorado la voz del agro, y eso ha llevado a decisiones desacertadas que han afectado a toda la población», explicó Ruiz, señalando que no solo el sector ganadero está sufriendo, sino que los ciudadanos también enfrentan un aumento en los precios de los alimentos.
En cuanto a la cadena de suministro de la carne, Ruiz explicó que la fijación de precios es un proceso complejo que involucra a múltiples actores, desde el productor hasta el exportador. «No podemos opinar sobre si los precios son altos o bajos, ya que son el resultado de una serie de factores como el diésel, el dólar y otros insumos», aclaró. Sin embargo, advirtió que cualquier intento del Estado de intervenir en la fijación de precios podría complicar aún más la situación.
Riesgo de desabastecimiento inmediato
Mirando hacia el futuro, Ruiz expresó su preocupación por los próximos meses, que son críticos para el consumo de carne. «Si no recibimos un diésel oportuno y no se mejoran las condiciones de transporte, corremos el riesgo de un desabastecimiento inmediato», dijo. Las decisiones tomadas en este momento son cruciales para evitar una crisis alimentaria que podría afectar a toda la población.
Finalmente, Ruiz hizo un llamado a las nuevas autoridades legislativas para que trabajen en conjunto con el sector productivo y creen normativas que realmente beneficien a los ganaderos. «El productor se ha convertido en un tramitólogo, luchando por defender sus derechos en lugar de centrarse en la producción», concluyó.
La situación del sector ganadero en Bolivia es un reflejo de un problema económico más amplio que afecta a todos los ciudadanos, agregó Ruiz.