Las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) debidas a la energía fósil, el principal factor de calentamiento de la Tierra, siguen sin tocar techo. Los expertos no vislumbran “ninguna señal” de que esté en marcha un proceso de abandono de los combustibles fósiles, como se comprometieron a emprender las naciones hace un año, en la cumbre del clima de Dubái. El 2024 va camino de establecer otro nuevo récord de emisiones globales de carbono.
Los nuevos datos, publicados con motivo de la conferencia de la ONU en Azerbaiyán, indican que las emisiones que calientan la atmósfera procedentes del carbón, el petróleo y el gas aumentarán un 0,8% en 2024.
Todo ello contrasta con la exigencia de la ONU, que reclama un recortes de emisiones del 43% para 2030 (respecto al 2019) para que el mundo tenga alguna posibilidad de cumplir con el objetivo de temperatura de 1,5 °C y limitar los impactos climáticos “cada vez más dramáticos” en las personas de todo el mundo.
Para 2024 la previsión es que se arrojen a la atmósfera unos 37.400 millones de toneladas de CO2, según el informe equipo científico del Global Carbon Project.
A pesar de la urgente necesidad de reducir las emisiones para frenar el cambio climático, los investigadores no vislumbran “ninguna señal” de que se haya alcanzado un pico máximo de CO2 de origen fósil arrojado a la atmósfera.
Si se tienen en cuenta además las emisiones procedentes del cambio de uso de la tierra (como las causadas por la deforestación), que totalizan 4.200 millones de toneladas, el monto de carbono arrojado suma 41.600 millones de toneladas en 2024.
“Los impactos del cambio climático son cada vez más dramáticos, pero aún no vemos señales de que la quema de combustibles fósiles haya alcanzado su punto máximo”, dijo el profesor Pierre Friedlingstein, del Instituto de Sistemas Globales de Exeter, quien dirigió el estudio.
Balance de diez años
El ritmo de aumento de las emisiones de carbono se ha frenado la última década, a medida que se han introducido las energías renovables y los vehículos eléctricos (en algunos lugares). Las evidencias del cambio climático (olas de calor mortales, deshielos. Inundaciones…) son una presión para los negociadores reunidos en Bakú, pero el acuerdo de Dubái (COP28) para iniciar la “transición hacia el abandono” de los combustibles fósiles no se está plasmando en el nivel requerido. En los últimos 10 años, las emisiones de CO2 de origen fósil (producidas por actividades en la quema de petróleo, carbón y gas) han aumentado, mientras que las derivadas del cambio de uso de la tierra han disminuido en promedio, lo que ha mantenido las emisiones generales prácticamente estables durante ese período. Sin embargo, este año se prevé que las emisiones de CO2 tanto de origen fósil como del cambio de uso de la tierra aumenten, en gran parte por la deforestación y los incendios, algo que se relaciona con el episodios climático de El Niño de 2023-2024.
Aumento de las emisiones tanto en las procedentes del carbón, petróleo y gas
Los expertos resaltan que las emisiones inyectadas en la atmósfera están propulsando un calentamiento mundial cada vez más peligroso.
A nivel global, para 2024 se prevé un aumento de las emisiones tanto de las procedentes del carbón (0,2%), como del petróleo (0,9%) y gas (2,4%), que contribuyen con el 41%, 32% y 21% de las emisiones globales de CO2 fósil respectivamente. No obstante, dada la incertidumbre en los rangos de las proyecciones, no es descartable que las emisiones específicas del carbón disminuyan en 2024.
En China se prevé un aumento de emisiones del 0,2% aproximadamente, mientras que en EE. UU. disminuirán en un 0,6%. En India, el aumento seria de 4,6% mientras que en la Unión Europea bajarían un 3,8%. En el resto del mundo ascenderá un 1,1%.
Por su parte, en sector de la aviación y el transporte marítimo internacionales (que suponen 3% del total mundial) aumentarán en un 7,8% en 2024, pero se mantendrán por debajo de su nivel de 2019 anterior a la pandemia en un 3,5%.
Se está acabando el tiempo para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París
Los autores de estudio
Los autores sostienen que se “está acabando el tiempo para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París”, por lo que los líderes mundiales reunidos en la COP29 deberían lograr recortes rápidos y profundos en las emisiones de combustibles fósiles para situar el calentamiento por debajo de los 2°C con respecto a los niveles preindustriales.
No obstante, la COP29 se centrará en buscar un pacto para movilizar el billón (con b) de dólares al año que necesitan los países en desarrollo para frenar sus emisiones y paliar las catástrofes climáticas. La conferencia también tiene como objetivo aumentar la ambición de la próxima ronda de compromisos de reducción de emisiones de los países, que deben presentar sus nuevos planes de acción climática a la secretaría del Convenio de Cambio Climático en febrero.
Corinne Le Quéré, profesora de investigación de Universidad de East Anglia, destacó, en su valoración, que a pesar del aumento de las emisiones globales, “los últimos datos permiten apreciar una acción climática generalizada” obtenida gracias a la creciente penetración de energías renovables
Hay una sensación de que un pico en las emisiones globales de CO2 fósil es inminente, pero el pico sigue siendo esquivo
Glen Peters
Centro CICERO para la Investigación Climática Internacional en Oslo,
Glen Peters, del Centro CICERO para la Investigación Climática Internacional en Oslo, dijo: “Hay muchas señales de progreso positivo en algunos países, y una sensación de que un pico en las emisiones globales de CO2 fósil es inminente, pero el pico global sigue siendo esquivo. La acción climática es un problema colectivo, y si bien se están produciendo reducciones graduales de emisiones en algunos países, los aumentos continúan en otros»
“El progreso en todos los países debe acelerarse de manera lo suficientemente rápida para poner las emisiones globales en una trayectoria descendente hacia un balance de emisiones netas neto“, añade.
El profesor Friedlingstein agregó: ”Hasta que alcancemos un balance de emisiones netas neto a nivel mundial, las temperaturas mundiales seguirán aumentando y causando impactos cada vez más graves».
El estudio indica que los niveles de CO2 atmosférico alcancen las 422,5 partes por millón en 2024, 2,8 partes por millón por encima de 2023 y un 52% por encima de los niveles preindustriales. Los sumideros de CO2 terrestres y oceánicos combinados continuaron absorbiendo alrededor de la mitad de las emisiones totales de CO2, a pesar de verse afectados negativamente por el cambio climático.
El presupuesto de carbono para limitar el aumento de 1,5ºC se agota en 6 años
¿Cuánto tiempo falta para que superemos el límite de los 1,5 °C de calentamiento global?
Este estudio ha estimado el “presupuesto de carbono” disponible -es decir, las emisiones que se pueden arrojar a la atmósfera antes de que se supere el objetivo del 1,5°C de manera constante durante varios años (y no solo durante un solo año)
Con el actual ritmo, los investigadores concluyeron que hay un 50% de probabilidades de que el calentamiento global supere los 1,5 °C de manera constante en unos seis años. Esta estimación está sujeta a grandes incertidumbres, debido principalmente a las dudas sobre el calentamiento adicional procedente de otros factores no relacionados con el CO2 (por ejemplo, CH4, N2O, aerosoles).