Los mercados energéticos se pueden tambalear con dos estornudos en China o cualquier gran suministrador de petróleo y gas. En Europa, que no es productor de combustibles fósiles salvo Noruega, se está a merced de los grandes capos del oro líquido y de su amigo el gas, también en formato líquido.
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Eso hace que cualquier cosa que suceda en el mundo desestabilice los mercados energéticos en Europa. Lo hemos visto estos años atrás con la guerra de Ucrania. La dependencia energética de la Europa Central y del Este de un suministrador como Rusia ha cambiado por completo el tablero de la geoestrategia energética europea.
Pero desengancharse del petróleo y del gas ruso está acarreando más problemas de los previstos. Y uno de ellos es que los mercados no acaban del todo de regresar a los niveles previos a la pandemia.
Da la sensación de que los precios de la energía son como el malo de una película que con un chasquido de dedos nos devuelve a la realidad.
El gas ha aumentado más de un 50%
Sólo hay que echar un vistazo a lo que está sucediendo en los mercados energéticos europeos.
Veamos el gas. El mercado TTF, el de referencia en el Viejo Continente se encamina de nuevo a los 50 €/MWh. Nos las prometíamos muy felices en Europa viendo como el precio del gas caía por debajo incluso de los 30 €/MWh allá por el mes de febrero y marzo.
Todo parecía que iba bien. Un invierno más cálido de lo previsto hizo que no consumiéramos demasiado gas. La caída de la demanda, sobre todo en Alemania no traía buenas noticias, pero los almacenes de gas seguían a buenos niveles.
Pero poco a poco, a la chita callando, el TTF se ha ido ya por encima de los 46 €/MWh, es decir, casi un 60% más que los niveles más bajos del año.
La electricidad por encima de 120 sin importar a nadie
Y claro eso se traslada sobre todo al mercado eléctrico. Ya nos podemos olvidar de los precios negativos (salvo una ventolera que arrase media Europa) de la electricidad. La escasez de sol con la llegada de las lluvias de otoño y la temporada de paradas de las centrales nucleares para estar listas para el invierno están haciendo estragos en el mercado eléctrico.
Y ya se están viendo como normales precios por encima de los 120 €/MWh. Un ejemplo lo tenemos en este viernes donde los precios de prácticamente todo el continente europeo están disparados por esta subida del gas.
Estos niveles son los más altos que se están registrando en Europa y eso que todavía no se ha llegado a altos niveles de demanda por lo que el precio podría ir aumentando en las próximas semanas con la llegada del invierno.
A ello hay que sumar las incertidumbres geopolíticas que se están dando los últimos días, el posible corte del suministro de gas a los países del Centro y Este de Europa está tensionando los precios y es en estos países donde se podrían ver las peores situaciones tal y como se ve en el mapa.
Allí el desarrollo de las renovables no es como en España, pero en cuanto pierdes la producción de energía limpia y entran los combustibles fósiles los precios se disparan.
Extensión de los precios altos
Alemania puede tener un 60% de renovables pero estos días está teniendo horas que llegaron a alcanzar los 800 €/MWh porque el viento ha desaparecido y ha tenido que encender centrales de fuel oil.
Los altos precios energéticos en Europa no se han ido y los futuros encima dan señales más negativas porque no se ven ya esos precios bajos de 30 ó 40 €/MWh, sino más bien 70-80 incluso 90 euros para los próximos dos años de media anual.
Y estos altos precios de la energía significan que la economía europea y su industria se van a resentir más. Europa ha perdido un año completo por aquello de las elecciones (algo que se debería revisar) y estamos en manos de la nueva Comisión y del resultados de las elecciones en Alemania a primeros del próximo año. Suerte Europa.