Cerca de un tercio de la caída de las exportaciones bolivianas entre enero y septiembre se explican por el desplome de la soya y sus derivados. Las ventas al exterior cayeron en valor $us 523 millones y en volumen mermaron 708 mil toneladas en comparación a igual periodo de la gestión 2023.
En porcentajes la merma es de 37% y 28%, respectivamente según un boletín del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) en base a datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En el detalle se revela que en nueve meses del 2023, Bolivia exportó soya por un monto de $us 1.400 millones y 2,5 millones de toneladas, mientras que en esta gestión llegó a 1,8 millones de toneladas y $us 878 millones. El denominado grano de oro es el principal producto no tradicional de exportación, de ahí la importancia de su declive.
¿Cuáles son las razones?. El principal factor es la sequìa, que afectó la producción y los rendimientos; también influyó la recurrente falta de combustibles y la menor cotización de este grano en los mercados internacionales, señaló el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez.
La situación crítica ya había sido advertida a principios de año y las pérdidas pueden ser mayores, advirtió el gerente general de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Jaime Hernández. Recordó que en la anterior campaña de verano 2023-2024 hubo una disminución de unas 800 mil toneladas en la producción de soya.
Actualmente preocupa la escasez de diésel que puede perjudicar las expectativas de sembrar 1,2 millones de hectáreas de soya en esta campaña de verano 2024-2025. “Sin diésel no se va a poder producir, no se va a poder garantizar el alimento para el país, y no se van a poder tener los excedentes que le ayuden a Bolivia a poder generar divisas por las exportaciones, y así también mejorar esas calificaciones de riesgo país”, advirtió Hernández.