La Confederación de Choferes de Bolivia declaró estado de emergencia debido a la persistente escasez de diésel y la incertidumbre sobre el abastecimiento de combustible en el país. Lucio Gómez, ejecutivo del sector, demandó claridad por parte del Gobierno sobre la continuidad de los precios subvencionados y la distribución nacional de carburantes.
“Queremos que se cumpla el compromiso de garantizar el diésel y que, si la subvención se elimina, lo comuniquen abiertamente para analizar nuestra posición”, señaló Gómez.
Combustible
Debido a la reciente promulgación del Decreto Supremo 5271, que autoriza la importación de combustibles para su comercialización, pero a un costo más elevado, los transportistas temen que ya no se venda el carburante subvencionado.
Aunque el abastecimiento de gasolina comienza a normalizarse, el dirigente advirtió que en algunas regiones persisten filas y dificultades.
A demás, expresó preocupación por el costo del combustible importado, que superar el dólar por litro, y cuestionó el impacto de estas medidas en el transporte público.
Ante esta situación, los choferes propusieron realizar una cumbre nacional del transporte para evaluar soluciones y definir una postura conjunta.
“No vamos a tolerar más retrasos; la desesperación ya ha entrado al transporte boliviano”, enfatizó Gómez.
La Confederación de Transporte Pesado Nacional e Internacional de Bolivia ya convocó a un encuentro abierto a todos los trabajadores del sector, para analizar las medidas que se tomarán. Pero Gómez no fue claro sobre si se trata de la misma reunión o serán dos cumbres diferentes.
De todas formas, el sector de transportistas en general exige respuestas inmediatas para evitar una crisis mayor en el transporte público, que podría afectar gravemente a la población y a los trabajadores.