El Gobierno nacional y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) avanzan en el diálogo sobre las sanciones ambientales y la pausa por quemas ilegales, informó el ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer.
Durante una reunión en Santa Cruz, Lisperguer explicó que los decretos 5203 y 5225 son esenciales para prevenir incendios y restaurar ecosistemas. El primero establece sanciones severas por quemas ilegales, mientras el segundo aplica una pausa ambiental en tierras fiscales afectadas por el fuego, con plazos de restauración que varían según el tipo de bosque.
“Este año enfrentamos una situación crítica con los incendios. Las multas anteriores eran insuficientes para disuadir infracciones, por eso incrementamos las sanciones. No obstante, se revisará la proporcionalidad en una mesa técnica”, afirmó.
Pausa ambiental
Por su parte, la CAO manifestó que las sanciones actuales afectan la seguridad jurídica de los productores. Ante ello, ambas partes acordaron compatibilizar criterios en una reunión programada para dos semanas.
Para poder producir, algunos de los productores deben realizar el tradicional chaqueo, debido a que consume menos recursos económicos y permite que la tierra quede disponible para ser trabajada.
Sin embargo, debido a que el país atravesó más de 130 días con incendios forestales, por los cuales inclusive se declaró desastre nacional, el Gobierno prohíbo tajantemente todo uso de fuego en actividades productivas.
El presidente de la CAO, José Luis Farah, destacó la importancia de equilibrar las regulaciones para proteger el medio ambiente y garantizar la producción agropecuaria.
Gobierno
El Gobierno reiteró su compromiso con la restauración ambiental, especialmente en ecosistemas como el bosque chiquitano, que puede requerir hasta 10 años de regeneración, y la Amazonía, con procesos más rápidos.
En una reunión que se realizará dentro de dos semanas la CAO y las autoridades gubernamentales llevarán sus propuestas para continuar con la producción, sin afectar al medio ambiente.
Esta iniciativa busca reducir incendios y garantizar la sostenibilidad de las tierras productivas, manteniendo un balance entre conservación y desarrollo.