La empresa estatal brasileña Petrobras está preocupada por los efectos de la iniciativa de liberación de gas que impulsa el Gobierno Federal para desconcentrar el mercado gasístico local.
“Este proyecto debe realizarse con cuidado para no inviabilizar las inversiones”, dijo a BNamericas una fuente del productor de petróleo y gas.
Entre los proyectos que podrían estar en riesgo figura Sergipe Águas Profundas (SEAP), postergado para después de 2030.
La liberación de gases obliga a las compañías que controlan más del 50% del mercado gasístico nacional a participar en subastas obligatorias, ofreciendo parte de su gas a otros actores. Además, estas firmas no podrán comprar gas a otros productores ni importarlo, so pena de rescisión de sus contratos.
Petrobras es responsable de cerca del 60% de la producción nacional, mientras que alrededor de 70% del suministro para las distribuidoras de gas locales proviene de la estatal, según la asociación Abegás.
Petrobras mantendría su posición dominante en el mercado del gas con la unidad de procesamiento y el ducto Rota 3, que comenzó a operar el mes pasado, y proyectos upstream como Raia, de Equinor y en el que tiene una participación de 30%, además de SEAP.
Thiago Silva, del bufete Vieira Rezende, destacó que el concepto de cuota de mercado impuesto por el regulador ANP para el programa de liberación de gas será crucial para garantizar la efectividad de la medida o su éxito.
Agregó que se debaten los criterios para determinar si una compañía debe vender obligatoriamente parte de su gas al mercado.
Las dos principales posturas en debate imponen la necesidad de venderlo cuando la participación de la empresa en el total de gas natural producido en el país excede un cierto porcentaje del gas local o hacerlo cuando la participación en el gas natural entregado al mercado supera un cierto umbral.
La última premisa —gas natural entregado al mercado— excluye el gas reinyectado, el gas quemado y el gas utilizado por unidades de producción (por ejemplo, FPSO).
Silva subrayó que el problema de adoptar el concepto de «gas natural entregado al mercado» es que las compañías podrían reducir de manera artificial su participación de mercado al aumentar la cantidad de gas que reinyectan, evitando así las ventas obligatorias de gas.
“Si ANP adopta este concepto en lugar del ‘gas natural total producido’, puede que no se materialice la ‘liberación’ prevista, ya que los volúmenes de reinyección aumentarían significativamente”, dijo a BNamericas.
Al mismo tiempo, las firmas de exploración y producción se resisten a la idea de ser obligadas a vender su gas natural a través de licitaciones públicas en lugar de tener la libertad de venderlo de forma directa o usarlo para mejorar la recuperación de petróleo, como lo consideren conveniente.
Más de la mitad de la producción de gas de Brasil se reinyecta para recuperar más petróleo y porque falta infraestructura de flujo y procesamiento. A ello se suma la incertidumbre sobre la demanda firme, ya que una parte importante del consumo de Brasil es termoeléctrico, el cual es mayoritariamente estacional.
Como el gobierno quiere aumentar el suministro de gas natural para apoyar la industrialización nacional, los grandes volúmenes de reinyección del combustible por parte de Petrobras han provocado enfrentamientos entre el gobierno y la petrolera federal.
La relación entre Petrobras y el Ministerio de Minas y Energía ha mejorado desde que Magda Chambriard reemplazó a Jean Paul Prates como CEO de la empresa, pero la presión del gobierno continúa.
Un decreto sobre el gas de agosto otorga a ANP la autoridad de evaluar las condiciones para reducir la reinyección de gas natural con el fin de tener más combustible disponible para consumo industrial y residencial.
DIVERSIFICACIÓN
Entre los desafíos para diversificar el mercado se encuentra la falta de reglas claras para el acceso de terceros a la infraestructura esencial del gas, como ductos y unidades de procesamiento, que en su mayoría son propiedad de Petrobras. Esta cuestión está pendiente de regulación por parte de ANP.
El gobierno apuesta además por programas como Gás para Empregar y Gás para a Indústria, este último creado con el apoyo de asociaciones industriales como Firjan para fomentar el desarrollo del mercado gasístico.
Mientras tanto, Brasil está en conversaciones con Argentina y Bolivia para importar más gas.
El país también puso en marcha tres nuevas terminales de gas natural licuado que operan como respaldo crítico.
En términos de demanda, la estrategia es tener sectores como el de fertilizantes y el de productos químicos como vectores de consumo extra.