El primer molino de doble turbina del mundo ya está funcionando en China

La compañía china Mingyang Wind Power acaba de anunciar que su aerogenerador OceanX, la primera turbina de doble cabezal del mundo, ya está operativa. Este molino de viento marino está instalado en el parque eólico marino Yangjiang Qingzhou IV, a 70 km de la costa del sureste de China y puede generar una potencia de más de 16 MW. Según Mingyang, uno solo de estos sistemas puede suministrar energía a más de 30.000 hogares al año. China está apostando con fuerza por la energía eólica marina y Mingyang, con permiso de Goldwind Science & Technology, es una de las principales empresas encargadas de llevar a cabo la estrategia de Pekín. La compañía ya tiene operativos algunos de los mayores aerogeneradores del mundo, como el MySE18.X-20MW. Este molino tiene la capacidad de generar hasta 20 MW gracias a su rotor eólico de 292 m de diámetro y una superficie máxima de barrido del viento de 66.966 m², es decir, más de 12 campos de fútbol.

Que los molinos de viento marinos sean tan altos como rascacielos no es un capricho. Se dice que cuanto más grandes son los aerogeneradores, mejor funcionan y más barato sale, en proporción, su instalación y la producción de electricidad. Aunque hay expertos que alertan de que no es oro todo lo que reluce y que hay gastos ocultos que no se cuentan cuando se venden los proyectos.

Cómo es el OceanX

El desarrollo de la turbina de doble cabezal arrancó en 2020. Mingyang construyó primero un prototipo a escala 1:10 y fue mejorando el sistema hasta que este mismo mes de julio instaló otro a escala real en el parque eólico marino Yangjiang Qingzhou IV. Su peculiar diseño en forma de V le permite tener dos cabezales con una turbina de 8,3 MW en cada uno, lo que le da una capacidad combinada de 16,6 MW. Según explica la compañía, el aerogenerador tiene 219 m de altura y 369 m de envergadura. También cuenta con un exclusivo sistema de palas contrarrotantes que aumenta la generación de energía en un 4,29%. Esto le da una capacidad de producción estimada de 54.000 MWh al año, suficiente para abastecer por sí sola a 30.000 hogares, según Mingyang.

El OceanX está instalado en una plataforma flotante de hormigón de ultra alto rendimiento. Usa un sistema de amarre de un solo punto que le permite un mayor rango de movimiento. MingYang asegura que el diseño de cable elimina las juntas y mejora la eficacia, la resistencia a la corrosión y la seguridad del sistema. Además, el OceanX puede realizar muchas funciones de manera autónoma. La turbina tiene un sistema de arranque automático que utiliza sus propias fuentes de alimentación y sistemas control, lo que le permite operar sin conexión a la red.

l gran problema de los molinos gigantes

Llevamos años diciendo que el futuro de la energía eólica está en el mar. Empresas y países invierten millonadas en consolidar una fuente de energía que se está extendiendo por todo el mundo y que poco a poco puede hacernos olvidar el tiempo en el que consumir electricidad significaba lanzar toneladas de CO₂ a la atmósfera. Sin embargo, un informe de Harvard Business Review publicado a principios de año saca a la luz un enorme problema oculto de la energía eólica marina: el coste de toda su vida útil y decomiso supera a los beneficios.

En su artículo, los expertos en sostenibilidad medioambiental Sam Aflaki, del HEC París y Atalay Atasu y Luk N. Van Wassenhove, de la escuela de negocios INSEAD, aseguran que los gastos que supone poner en pie uno de estos aerogeneradores no se limitan únicamente al coste de las turbinas. También hay que incluir los gastos asociados a la creación de plataformas marinas robustas y duraderas, la logística marina y los extensos cables submarinos para conectar estas turbinas a la red eléctrica terrestre que está a muchos kilómetros de distancia.

Pero según sus análisis, la mayoría del gasto se produce cuando se quedan obsoletos. El desmantelamiento, explican, es una operación compleja y costosa que implica el desmontaje de las turbinas, la retirada de los cimientos y los cables, la logística inversa del traslado de las palas y las torres a tierra y la gestión responsable de los residuos. “La mayoría de los análisis económicos sobre el diseño de parques eólicos suponen que estos costes serán insignificantes o disminuirán con el tiempo”, dicen el informe. “También subestiman los costes de mantenimiento, que se sabe que aumentan con el tiempo. Además, no exploran las implicaciones de construir turbinas más grandes situadas más lejos de la costa en los costes de desmantelamiento y mantenimiento, que normalmente se fijan arbitrariamente en el 50% del coste de fabricación de la turbina”.

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