Protestas, despidos y un SUS que no despega

Durante casi todo el año, el sector de profesionales y trabajadores de la salud ha sido noticia por diversas causas.

Desde febrero hasta abril, tanto los médicos como los maestros protagonizaron paros y huelgas en todo el país como medida contra un proyecto de ley (035) para la “jubilación forzosa” a partir de los 65 años.

En esa oportunidad, la presión fue encabezada por el Consejo Nacional de Salud (Conasa) y también respaldado por los docentes de las universidades públicas del país.

La molestia por este mismo tema continuó en junio y en octubre el paro se reactivó, pero por razones distintas, cuando los médicos y otros trabajadores de los tres niveles de salud demandaron el pago de salarios.

Este fin de año, las demandas del sector aparecieron nuevamente en la escena, debido a requerimientos que ponen en riesgo sus fuentes de empleo. El municipio estaba exigiendo la libreta de servicio militar a los varones, mientras que a las mujeres les demandó que tengan un certificado de lengua nativa actualizado. No contar con esto podría ser causal de despido.

Por varios días de diciembre, la atención en salud estuvo prácticamente paralizada, debido a los paros convocados por diferentes sectores. Finalmente, el lunes 16, la Federación de Sindicatos Médicos de la Salud Pública (Fesirmes) llevó adelante un paro de 24 horas, mientras que la Federación de Sindicatos de Trabajadores de Salud anunció una medida de 48 horas para el martes y miércoles de esa semana.

De no recontratarse a más de 5.000 trabajadores de salud despedidos en el primero y segundo nivel, Evert Patiño, secretario de Conflictos de Fesirmes, explicó que la medida podría radicalizarse en los próximos días.

Además, denunció el incumplimiento de compromisos relacionados al stock de medicamentos e insumos.

“Pedimos también el pago inmediato a la Caja Nacional de Salud para garantizar la atención de los trabajadores del sector”, demandó.

SUS a medias

Desde su implementación en 2019, el SUS nunca ha cumplido con su promesa de salud universal.

Mario Cano, dirigente de personas con discapacidad, es uno de los muchos afectados, ya que tiene que pagar tomografía y resonancia para un diagnóstico, pero al no poder hacerlo, tiene que resignarse a vivir sin saber si tiene cura, porque el dinero le falta.

Casi siempre arruinados

Uno de los reclamos permanentes de la ciudadanía apunta a la falta de funcionamiento de los tomógrafos y resonancia magnética en tercer nivel.

Voluntariado

Es el que se moviliza en varios hospitales, en busca de ayuda para pacientes a los que el SUS no da respuesta, más allá de ciertos insumos.

Atendidos en Brasil

Cada vez son más los pacientes de nacionalidad boliviana que emigran al sistema de salud brasileño que les da más respuestas en casos graves.

Contratos

La forma de relacionarse laboralmente entre el Estado y los profesionales de salud es históricamente tensa, lo que incide en el trato al paciente.

SourceEl Deber

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