Criptomonedas: Bolivia da el salto digital y va por más en 2025

La adopción de criptomonedas y activos virtuales ha experimentado un crecimiento sin precedentes a nivel global, y Bolivia no ha quedado al margen de esta revolución financiera digital. Tras la histórica decisión del Banco Central de Bolivia (BCB) de habilitar las operaciones con criptoactivos en junio de 2024, el país ha registrado un notable incremento en el volumen de transacciones y en el número de usuarios que participan en este mercado emergente, marcando un punto de inflexión en la modernización del sistema financiero nacional.

Los datos del Banco Central de Bolivia (BCB) son contundentes: en apenas un año, entre 2023 y 2024, el valor de los criptoactivos en manos de bolivianos alcanzó los $us 3.000 millones, con más de 250.000 personas participando activamente en este mercado. Este crecimiento exponencial, que ha superado el 142% en montos transados, posiciona a Bolivia en el puesto 12 entre los países latinoamericanos con mayor valor en activos digitales, evidenciando la rápida adaptación del mercado nacional a estas nuevas herramientas financieras.

Para profundizar en este fenómeno y entender mejor sus implicaciones, conversamos con Dante Rivadeneira, reconocido consultor en innovación y transformación digital. Su experiencia en el sector y su comprensión tanto de los aspectos técnicos como de los cambios culturales que implica la adopción de criptomonedas, nos permite obtener una visión integral del presente y futuro de los activos virtuales en Bolivia, así como los desafíos y oportunidades que presenta esta nueva era financiera.

¿Cómo está el panorama de las criptomonedas en Bolivia iniciando 2025?
Como panorama general, tanto a nivel transaccional como de volúmenes operados en el país, la perspectiva es optimista, ya que continuará creciendo tanto el número de operaciones como el valor de las mismas.

La anulación de la prohibición de las transacciones de activos virtuales que realizó el BCB en julio del año pasado ha sido un hito relevante para que el mundo de las criptomonedas en Bolivia despegue. El número y volumen de transacciones ha crecido significativamente. Según el Banco Central, hasta octubre-noviembre del año pasado, se realizaron transacciones en las plataformas de criptomonedas por más de 121 millones de dólares, una cifra importante que seguirá incrementándose. Más allá del crecimiento orgánico en el sector privado, también aumentará de manera relevante a nivel de las operaciones que realicen las instituciones gubernamentales.

El nuevo Presupuesto General del Estado para 2025 ha abierto la posibilidad para que las instituciones gubernamentales realicen transacciones en criptoactivos, específicamente en stablecoins como USDC o USDT. Esto apalancará el número de transacciones y su valor durante este año, lo cual incrementa el optimismo sobre el volumen transaccionado y las capacidades transaccionales de criptomonedas en el país.

¿Cuáles son actualmente las herramientas preferidas en Bolivia por los usuarios para acceder a transacciones con monedas digitales?
Hay que separar las plataformas donde se negocian activos virtuales de las transacciones que se dan en el sistema financiero nacional. Binance parece ser la plataforma preferida. Según el Banco Central, en octubre del año pasado se realizaron transacciones por un valor aproximado de 24 millones de dólares en Binance, mientras que en el sistema financiero nacional se realizaron operaciones por casi 3 millones de dólares. La diferencia es de 8 a 1, lo que demuestra que la preferencia de las personas se inclina hacia las plataformas virtuales.

Prácticamente todas las plataformas están fuera de Bolivia, pero el manejo de las operaciones a nivel del sistema financiero nacional se da en parte. También se procesan pagos como mecanismos relacionados a las transacciones que se realizan en las plataformas. Esos 3 millones no necesariamente representan pagos realizados en el sistema financiero nacional, sino que reflejan parte de los pagos efectuados en las plataformas virtuales no establecidas en Bolivia.

¿Cómo ha cambiado la actitud y la cultura de la gente respecto al uso de las criptomonedas?
Las transacciones con criptomonedas requieren cierto nivel de experticia. Actualmente estamos en una primera fase de las transacciones más básicas, relacionadas con la comercialización de las llamadas stablecoins, criptomonedas que reflejan el valor del dólar. Ha habido avances significativos en el incremento de la cultura que requieren las personas para ingresar a este mundo de las criptomonedas.

Sin embargo, aunque los avances son significativos, todavía no son suficientes. Es necesario continuar trabajando. El BCB y algunos bancos privados han realizado capacitaciones, y desde el sector privado, los grupos relacionados al mundo blockchain y criptomonedas también han contribuido significativamente. No obstante, aún queda camino por recorrer si nos comparamos con países que ya han adoptado estas tecnologías y que nunca tuvieron una prohibición.

Esto se refleja en los volúmenes transaccionados y en la cantidad de operaciones con criptomonedas. Para dimensionarlo: el valor de las transacciones realizadas hasta octubre del año pasado no alcanza ni el 0.1% del valor de las transacciones del sistema de pagos minorista del país. Aún falta mucho camino para que el valor transado en el mercado de criptomonedas se acerque al resto de operaciones minoristas formales que se realizan en el país.

¿Cómo es la situación de las criptomonedas en Bolivia en relación con las experiencias de los países vecinos y en el contexto regional?
Los años de prohibición nos han causado un retraso en comparación con otros países de Latinoamérica, donde el valor de las transacciones y el mercado de las criptomonedas es mucho más amplio. Alcanzar niveles similares, incluso en términos relativos, tomará tiempo.

Aunque nuestra economía no es tan grande como la de otras países de la región, especialmente Brasil o México, estamos avanzando. Sin embargo, el rezago se nota no solo en términos de valor y número de transacciones, sino también en la oferta y tipo de operaciones que aún nos falta abordar en el mundo cripto. No se trata únicamente de comprar y vender criptomonedas en un mercado que convierta entre monedas fiat y cripto, sino también de otros tipos de operaciones más avanzadas, como las que se realizan en el mundo DeFi (finanzas descentralizadas) con instrumentos financieros más sofisticados, que en otros países ya son transacciones usuales.

¿Cuáles serían los principales servicios u otras facilidades relacionadas con las criptomonedas hacia los cuales el país podría orientarse en el futuro próximo?
Existen varios desafíos para ampliar los tipos de transacciones. Un aspecto fundamental relacionado con la tecnología base de las criptomonedas es la tokenización de activos. Este nuevo mundo que se abre a través de las criptomonedas permite tokenizar activos reales, principalmente físicos. La tokenización nos abre posibilidades como la tokenización de acciones, la realización de ICOs (ofertas iniciales de criptomonedas) y la tokenización de otros activos, tanto digitales como físicos, que se puedan transaccionar.

También existen otros tipos de mecanismos y transacciones, a veces muy especulativos, dirigidos a un sector más reducido con mayor educación o conocimiento especializado. La especialización en varios mecanismos se irá desarrollando gradual y paulatinamente en el país.

Un tema importante es la evolución de la regulación. Si bien existe un segmento de cripto-adoptantes que prefieren ninguna o mínima regulación, en la mayoría de los países esta se ha ido implementando, por lo que es casi inevitable. Es importante observar cómo la regulación acompañará este desarrollo, si reprimirá o promoverá el mercado relacionado con los criptoactivos.

¿Podrías desarrollar el concepto de la tokenización para nuestros lectores?
Bien, la tokenización es un proceso mediante el cual el valor de un activo se refleja en tokens digitales, es decir, fragmentos digitales que reflejan su valor real. Este valor del mundo real se traslada al mundo digital. Por ejemplo, se podría tokenizar el valor de un inmueble, y esta tokenización podría facilitar su transacción, aunque estaría sujeto a un registro físico vinculado al mundo real.

Esto permitiría, por ejemplo, vender un proyecto inmobiliario en fracciones más pequeñas de valor, facilitando las transacciones inmobiliarias. Es un proceso de llevar valores del mundo físico al mundo digital en forma de tokens, lo cual es posible gracias a la tecnología blockchain. Un papel relevante lo juegan las circunstancias en las que se pueden transaccionar estos valores tokenizados.

SourceLa Razón

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