Temen que alambrado vulnere derechos en zonas fronterizas

El enmallado de 200 metros de largo y 3 metros de alto que el gobierno de Javier Milei instalará en Aguas Blancas, para controlar el tránsito fronterizo entre Bolivia y Argentina, ha generado susceptibilidades. Desde Tarija temen que se vulneren los derechos de la población que vive en la frontera. En Salta, el gobernador Gustavo Sáenz recalcó que el cerco se levantará en territorio argentino y, por ende, no tienen por qué dar explicaciones a las autoridades bolivianas.

Si bien el enmallado estará en el país vecino, éste podría perjudicar el tránsito de ciudadanos desde Argentina a Bolivia y viceversa, lo que impactará en el turismo y el comercio.

El ejecutivo del MAS en Tarija, Andrés Meriles, lamentó que las buenas relaciones diplomáticas que tuvieron Bolivia y Argentina ahora se vean afectadas por un “gobierno neoliberal”.

“Se está truncando el derecho que tienen los pueblos de conectarse, de tener una relación de amistad y hermandad, como hubo hasta ahora”, cuestionó, a tiempo de advertir que esa decisión generará malestar social en Bermejo y Aguas Blancas.

El asambleísta José Yucra, que además es oriundo de Bermejo, recordó que existe una Comisión Binacional entre Bolivia y Argentina que trata temas fronterizos, como economía, contrabando y el flujo migratorio de personas.

“Esta Comisión es la que determina las políticas de acción entre Argentina y Bolivia. La Cancillería y el Gobierno ya debieron pronunciarse”, lamentó.

Yucra advirtió que este cerco no solucionará los problemas de seguridad que argumentan las autoridades argentinas, más al contrario, generará tensión.

“No tiene sentido hacer un enmallado de 200 metros, cuando la frontera tiene más de 1.000”, recalcó el legislador. Recordó que Estados Unidos construyó un muro en la frontera con México para frenar el tráfico de drogas y la trata de personas. “¿Ha solucionado?, no, ha empeorado, porque las bandas ahora se organizan con más inteligencia y plata. Y aquí va pasar lo mismo”, alertó.

Por su parte, la senadora por Comunidad Ciudadana, Nelly Gallo, recordó que en las poblaciones fronterizas el comercio y contrabando son parte del modo de vida de los ciudadanos, por lo que un enmallado seguramente implicará perjuicios.

“Ahora, lo que tenemos que ver es que no se vulneren los derechos de sectores como los bagayeros y comerciantes”, recalcó la parlamentaria.

Milei imita a Trump

El exembajador de Argentina en Bolivia, Ariel Basteiro, dijo sentirse sorprendido por la decisión tomada por el gobierno de Milei. Considera que una medida como esa no soluciona los problemas argumentados por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

“Es pirotecnia mediática, es parte de la campaña política que empezó en Argentina, fijando posturas antidemocráticas, xenófobas, que buscan sacar provecho electoral. Es algo que está en sintonía con lo que hace Donald Trump en Estados Unidos contra la migración”, indicó el exdiplomático, al tiempo de insistir en que Milei solo trata de imitar a Trump.

Basteiro recordó que por la frontera entre Bermejo y Aguas Blancas pasan diariamente entre 15.000 y 20.000 personas, ahora más desde Argentina hacia Bolivia, debido al comercio.

“El narcotráfico no se va a detener con un alambrado de 200 metros (…) Si quieren combatir el narcotráfico, lo que tienen que hacer, en una frontera de 750 kilómetros, es poner más seguridad, más gendarmes, hacer otro tipo de control”, recalcó.

Finalmente, Basteiro no cree que el alambrado genere mayores cambios en la frontera. Recordó que el 2016, Bullrich ya instaló un cerco similar en La Quiaca, para, de igual manera, evitar el cruce de ciudadanos por pasos no permitidos.

“Ese alambrado ya prácticamente no existe, lo poco que quedó en pie no cumple ningún fin ni objetivo, no frena nada”, indicó.

SourceEl País

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