El gas que Bolivia quema en sus pozos y los residuos de la caña de azúcar pueden aprovecharse para generar electricidad, para alimentar centros de minería de Bitcoin. A través de estos centros, la energía se convierte en poder de cómputo, que se conecta a piscinas de criptominería mediante internet.
Diego Monroy Marinkovic, ingeniero de proyectos para generación eléctrica con microturbinas Capstone y especialista en ventas y aplicaciones en la compañía internacional Luka Industries LLC, ya elaboró el proyecto piloto en el Pozo Warnes X1 de YPFB, el cual contará con una capacidad instalada de 90 kW (kilovatios), alimentada por “flare gas” (antorcha de gas). Esta capacidad instalada fue dimensionada en función del volumen de gas que asciende a 206.712,64 m³ por año y que actualmente se quema sin generar ingresos.
El experto explicó a “eco$com” que, con esta infraestructura, se estima una producción mensual de entre 0,04 y 0,2 Bitcoins, suponiendo un precio promedio del Bitcoin de $us 100.000. En términos de infraestructura, cada equipo de minería instalado en Warnes tendrá una capacidad de cómputo de 112 TH/s (terahashes por segundo), y en total se desplegarán 24 equipos, sumando una capacidad de 2.688 TH/s.
Para que una mina de criptoactivos sea rentable, se necesita energía barata y en grandes cantidades, por eso es viable la propuesta del joven ingeniero boliviano que propone el uso de un enorme potencial para la minería de Bitcoin, gracias al “flare gas”, una fuente de energía desaprovechada que actualmente se quema sin generar valor en plantas de procesamiento de campos gasíferos como Margarita, Incahuasi y Monte Cristo, entre otros. En estos sitios, grandes volúmenes de gas son eliminados mediante antorchas de combustión, ese gas deperdiciado bien podría ser convertido en electricidad para suministrar energía a “data centers” de minería de Bitcoin, explica el ingeniero de 36 años que estudió en la Universidad Privada de Santa Cruz y logró un MBA de la Universidad Texas A&M Corpus Christi.
El especialista también propone el biogás como otra fuente importante para la creación de Bitcoins, –el mismo que se genera por la descomposición de la vinaza y la torta de filtración-subproductos orgánicos del proceso de extracción de la caña de azúcar– para, de esta manera, promover un modelo de economía circular, enfoque que permitiría producir electricidad a un costo inferior al precio subvencionado en parques industriales, que actualmente ronda los $us 0.06/kWh, lo cual es un factor clave para competir en la industria de la minería de Bitcoin y otros criptoactivos, donde el bajo costo energético es un elemento determinante de rentabilidad.
Para el crioptoproyecto de Warnes se requiere una inversión estimada en 193 mil dólares, la cual se podría repagar en 28 meses; en tanto que la instalación de la mina demandaría un tiempo máximo de seis meses, siempre y cuando YPFB tome la decisión y el Gobierno acompañe con las regulaciones necesarias.
Bolivia se prepara para explotar su primera mina de Bitcoins
SourceEl Díario