Economistas advierten que la subvención a la harina que realiza el Estado para garantizar el precio de 50 centavos de boliviano, es insostenible y que más bien se debería dar incentivos a la inversión para que en el país se aumente la producción.
El gerente de Emapa, Franklin Flores, informó el domingo que se compra la bolsa de harina de 50 kilos en 315 bolivianos y se entrega a los panificadores a un costo de 96 bolivianos, es decir que el Estado subsidia o asume el costo de 219 bolivianos.
La presidenta del Colegio de Economistas de Santa Cruz, Claudia Pacheco, opinó que un costo tan elevado que tiene que asumir el Gobierno como subsidio no es sostenible no solo en la harina, sino en cualquier producto, porque más bien se debería potenciar la inversión privada y la producción.
“En este caso se debería brindar seguridad jurídica a los inversores nacionales para que puedan invertir, permitir el uso de biotecnología para todos los granos y se pueda aumentar la producción y rendimiento, y se puedan reducir las importaciones de harina”, precisó.
El año pasado, Bolivia importó harina de trigo por 45 millones de dólares y un volumen 118.540 toneladas. Pero entre 2015 y 2024 el valor sumó 849 millones de dólares, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (Ine) y Ministerio de Desarrollo Productivo.