Ubicada en un bosque de pinos, robles y matorrales aromáticos en la Provenza, la planta de fusión nuclear más grande del mundo está en construcción.
Aquí, 2.000 científicos, físicos y trabajadores de más de 30 países construyen una planta de energía alimentada por la misma energía que hace brillar el sol. La fusión tiene el potencial de ser una nueva fuente de energía asequible y libre de carbono.
ITER, como se llama, es un proyecto bastante complejo, que implica el aprovechamiento de plasma que es incluso más caliente que nuestro sol. Debido a que nunca se había hecho nada a esta escala, cada día ofrece desafíos sin precedentes. Cuando se encienda, y el objetivo para eso es 2033, tendrá toda la atención del mundo.
Alain Becoulet, director general adjunto del ITER, sonrió con nostalgia al contemplar el trabajo a realizar antes de llegar a ese momento. «Conduciremos un Ferrari y todo lo que tenemos para entrenar en este momento son bicicletas», dijo.
La colaboración con Microsoft es una de las formas en que ITER se prepara para el momento en que llegue el momento de girar el interruptor de encendido. ITER utiliza una serie de herramientas de Microsoft, desde Microsoft 365 Copilot a Azure OpenAI Service, hasta Visual Studio y GitHub, para acelerar la consecución de sus objetivos.