Compra de combustibles con USDT ocasionó aumento del precio de dólar

El experto en criptomonedas, mercados financieros y Bolsas de Valores, Rodrigo Regalsky, respondió consultas a eco$com respecto a éste y otros temas vinculados a la economía nacional:

¿Cómo está comprando el gobierno combustible con criptomonedas?

​El gobierno boliviano, mediante el Decreto Supremo 5348, ha autorizado a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a utilizar criptomonedas para la compra de combustibles, debido a la escasez de dólares en el país. Esta medida busca garantizar el abastecimiento de diésel y gasolina, permitiendo a YPFB adquirir divisas a través del Banco Unión y realizar operaciones con activos virtuales. Inicialmente, se prevé una compra piloto de entre 3 y 5 millones de litros diarios de diésel y gasolina, enfocada en sectores productivos como la agroindustria y la minería. Sin embargo, la viabilidad y sostenibilidad de esta estrategia es por lo bajo dudosa, considerando las limitaciones financieras y logísticas que enfrenta el país.

La reciente decisión del gobierno de Bolivia de utilizar plataformas minoristas como única alternativa para adquirir USDT con el fin de importar combustibles ha generado una competencia directa con el mercado paralelo de divisas. Esta acción irónica, poco ética y contradictoria con las políticas monetarias oficiales, ha dado como resultado, un incremento en la demanda por dólares digitales y ha incrementado el tipo de cambio del USDT, elevándolo a aproximadamente 12,80 –12,90 Bs/USDT, y en ciertos momentos alcanzando hasta 13 Bs/USDT, con escasas probabilidades de que retorne a niveles anteriores.

¿Cómo afectará a las importaciones bolivianas la nueva política arancelaria de Trump?

Aunque Bolivia no es el blanco directo de los aranceles de Trump, el golpe viene por rebote. La cadena es así: si Estados Unidos le pone trabas a China, China responde, el comercio global se tensa, y los costos suben. ¿Resultado? Las materias primas que Bolivia exporta pierden mercado, bajan de precio y eso se traduce en aún menos dólares circulando en la economía.

A la vez, productos importados —sobre todo los que vienen con componentes o procesos chinos— podrían encarecerse por los sobrecostos en toda la cadena. Es decir, el celular que compras, la maquinaria que usan las empresas, o incluso ciertos alimentos, podrían llegar con un precio más salado.

En conclusión, aunque no nos dispararon, estamos justo en la línea de fuego. ¿El problema? A diferencia de las grandes potencias, Bolivia no tiene chaleco económico antibalas.

¿Cómo las criptomonedas pueden servir para salir de este problema?

Sirven de poco o nada. Suena lindo pensar en Bitcoin como el salvavidas mágico cuando el dólar escasea y el comercio se traba, pero la realidad es menos épica. Las criptomonedas no resuelven la caída de la demanda internacional, ni reemplazan las divisas que Bolivia necesita para importar insumos, alimentos o pagar deuda externa.

Además, con un mercado local sin infraestructura ni regulación clara, lo más probable es que el uso de cripto termine como un parche informal: útil para unos pocos, irrelevante para la economía real.

Las criptomonedas son como tener una linterna en un apagón… te iluminan un metro cuadrado, pero el país sigue a oscuras.

SourceEl Diario

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