El informe New Energy Outlook 2025 de BloombergNEF presenta un escenario energético transformador para las próximas décadas, impulsado por el crecimiento de la demanda eléctrica —especialmente por los centros de datos y la inteligencia artificial— y por el avance imparable de las energías renovables. En un contexto de alta incertidumbre geopolítica y cambios regulatorios, el estudio traza un “Escenario de Transición Económica” que modela la evolución del sector energético basada en criterios de competitividad económica, sin considerar nuevas políticas climáticas.
Uno de los principales hallazgos es el impacto creciente de los centros de datos en la demanda eléctrica global. Se proyecta que el consumo de electricidad de estos aumentará de manera exponencial, pasando de 1.200 TWh en 2035 a 3.700 TWh en 2050, representando un 8,7% del consumo eléctrico mundial al final del periodo. Este fenómeno exige una expansión masiva de la infraestructura eléctrica, con 362 GW adicionales requeridos para 2035. Aunque las energías renovables —principalmente solar y eólica— y el almacenamiento cubren más del 50% de la nueva capacidad instalada, más del 60% de la generación incremental para abastecer a estos centros provendrá de combustibles fósiles, debido en parte a la reutilización de plantas existentes que retrasan su retiro.
Frente a este desafío, las energías renovables muestran un crecimiento robusto: su participación en la generación eléctrica global se duplica desde el 33% en 2024 hasta alcanzar el 67% en 2050. Solo entre 2025 y 2035, se espera la construcción de 6,9 TW de energía solar y 2,6 TW de eólica. Esta transformación se sustenta en la continua caída de costos, la madurez tecnológica y un entorno cada vez más favorable para la electrificación.
No obstante, el informe advierte que esta transición económica por sí sola no es suficiente para cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Bajo este escenario base, las emisiones globales solo se reducen un 22% hacia 2050, alineándose con un calentamiento estimado de 2,6 °C. Se requiere acción política decidida para acelerar el despliegue de tecnologías limpias, incluyendo el desarrollo de soluciones en sectores difíciles de descarbonizar.
En conclusión, el crecimiento explosivo de la demanda energética por parte de los centros de datos plantea tanto un reto como una oportunidad. Si se acompaña de una expansión decidida de energías renovables, se podrá satisfacer esta demanda de forma sostenible. Sin embargo, si no se gestionan adecuadamente las inversiones y regulaciones, existe el riesgo de una mayor dependencia de fuentes fósiles. La clave estará en garantizar que la revolución digital y la energética avancen de forma paralela y coherente hacia un futuro bajo en carbono.