“Pandillas políticas” y fragmentación marcan el futuro electoral de Bolivia

El sociólogo y analista, Manuel Morales Álvarez, advirtió sobre un proceso de descomposición del sistema partidario en Bolivia, caracterizado por la proliferación de lo que denomina “pandillas políticas”: grupos sin programa, estrategia ni visión de país, con el único objetivo de acceder al poder para beneficiarse del aparato estatal.

“El momento político que vive Bolivia es fundacional para construir un nuevo proyecto político”, sostuvo Morales. No obstante, remarcó que dicho proceso se ve obstruido por la “muerte lenta” del proyecto del Movimiento al Socialismo (MAS) y el “nacimiento de lo nuevo que no termina de germinar”.

A su juicio, la falta de una alternativa política estructurada ha dado paso a la emergencia de múltiples fracciones que, lejos de consolidar una unidad democrática, replican lógicas caudillistas y clientelares.

Estas “fracciones”, según el autor, utilizan el ropaje legal de los partidos políticos, pero no cumplen sus funciones esenciales en una democracia representativa. “No son partidos políticos en el sentido estricto, son pandillas políticas, grupos primarios, grupos de interés, que tienen como objetivo llegar al gobierno y aprovecharse de la acumulación estatal de capital que genera el Estado”, afirmó en un artículo de opinión.

Morales advierte que estos grupos carecen de un programa de gobierno, de una estrategia legislativa y que se apoyan en figuras personales sin visión a largo plazo. Además, cree que estos actores no muestran interés en fortalecer el control electoral ni en construir institucionalidad democrática.

“No les interesa el control electoral para garantizar el voto de los ciudadanos, no tienen sentido de patria, son incapaces de construir país y replican el síndrome de la UDP, pues creen que ser gobierno sin gobernabilidad es ganar algo, cuando en realidad todos perdemos”, arremetió contra los sujetos de sus análisis.

Para el analista, la fractura entre Evo Morales y Luis Arce, así como la aparición de nuevas figuras como Andrónico Rodríguez, muestran que “el poder no se transfiere ni se comparte”. En ese marco, afirma que ni la ideología, ni el origen sindical ni la trayectoria partidaria han logrado evitar la fragmentación.

Con miras a las próximas elecciones, Morales vislumbra una dispersión de candidaturas que podría llevar a una segunda vuelta. No obstante, anticipa que dicha fragmentación también se trasladará al Legislativo, donde “no habrá operadores políticos hábiles ni negociadores, solo QRs que circularán en una y otra dirección para favorecer al nuevo gobernante”, haciendo alusión a una posible dinámica de alianzas efímeras y transacciones pragmáticas similares a una transferencia bancaria electrónica.

En este escenario, advierte que la ciudadanía enfrentará serias dificultades económicas lejos de una época en la que abundó el prebendalismo y vasallaje político: “Ya no habrá bonos ni segundos aguinaldos (…) La inflación pulverizará derechos, los carburantes subirán, así como el pan, porque la subvención es insostenible tanto política como económicamente”.

El diagnóstico presentado por el exrepresentante del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) pone en relieve la debilidad de las estructuras partidarias y la urgencia de reformular el debate político en Bolivia, en un contexto donde los desafíos económicos, institucionales y sociales se agravan en vísperas de una nueva jornada electoral que cada día muestra nuevas candidaturas y alianzas sorpresivas.

SourceEl Diario

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