La Fuerza Especial de Contra el Crimen (Felcc) de Santa Cruz desbarató una organización criminal que desvió 645 quintales de arroz adquiridos virtualmente desde Oruro. Dos mujeres, identificadas como autoras materiales del delito de estafa, fueron enviadas con detención preventiva por 180 días al centro de readaptación productiva de Okinawa. Hasta ahora, se han recuperado 180 quintales del producto en el mercado Abasto Nuevo, aunque las investigaciones continúan.
La información fue confirmada este miércoles por el comandante departamental de la Policía de Santa Cruz, Rolando Rojas, quien destacó el trabajo meticuloso y sostenido de la Felcc en el esclarecimiento del caso.
“Este caso ha generado bastante connotación y es resultado de un trabajo permanente. Hoy estamos mostrando resultados concretos con la detención de las dos autoras materiales”, señaló Rojas.
La estafa se remonta al 22 de mayo, cuando comerciantes de Oruro compraron 645 quintales arroz de productores del Municipio de Montero, en Santa Cruz. Para el transporte, las víctimas contactaron por WhatsApp a dos conductores de camiones de alto tonelaje.
Sin embargo, el cargamento nunca llegó a destino. En su trayecto, fue interceptado y traspasado a vehículos más pequeños en la zona del Plan 3.000. Desde allí, los quintales fueron redirigidos a otros lugares para su comercialización ilegal.
Gracias al seguimiento policial, se logró identificar y aprehender a Jenny Melgar Cala y Lizeth Condori, esta última tiene antecedentes por robo agravado, según informó Rojas. Ambas fueron presentadas ante un juez, quien ordenó su detención preventiva por el delito de estafa.
Las autoridades confirmaron que ambas están directamente vinculadas al desvío del producto y su posterior venta en distintos puntos de la ciudad.
Este martes 10 de junio, en inmediaciones del mercado Abasto Nuevo, la Policía recuperó 180 quintales de arroz, una fracción del total sustraído. Rojas indicó que el trabajo continúa para hallar el resto del cargamento, y que se está evaluando si quienes adquirieron el producto incurrieron en el delito de receptación, dependiendo de su grado de conocimiento o complicidad.
“Algunas personas pudieron haber sido sorprendidas en su buena fe, pero si se detecta intencionalidad, se ampliarán las investigaciones”, advirtió Rojas.
Aunque las dos autoras materiales ya están en manos de la justicia, la Policía no descarta que existan autores intelectuales detrás del operativo fraudulento. El coronel Rojas aseguró que se trabaja para identificar a todos los involucrados y cerrar completamente el círculo delictivo.