Pese a los esfuerzos del Gobierno para garantizar el abastecimiento de alimentos en la ciudad de La Paz, la escasez de productos básicos como pollo, aceite, harina y pan continúa afectando a la población, especialmente en zonas altamente comerciales como las calles Gallardo, Sebastián Segurola y en la zona de San Pedro.
En varias tiendas de la avenida Gallardo, los vecinos reportaron que el aceite desapareció del mercado. “No hay en ninguna tienda”, lamentó una vecina. La tienda de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) en la zona cerró sus puertas a las 14:00 sin ofrecer pollo ni aceite.
El precio del arroz también ha subido: el quintal de primera calidad se vende a Bs 580, mientras que los de segunda cuestan entre Bs 530 y Bs 550. La harina, por su parte, prácticamente ha desaparecido de las tiendas. “Nos dijeron que no hay harina”, señalaron comerciantes del área.
El panorama no es distinto en el caso del pan. En la calle Zoilo Flores, de la zona San Pedro, la escasez también es evidente. “Nos llega a las 17.00, pero en menor cantidad. Antes recibía más de 200 panes, ahora apenas me entregan entre 120 y 150. Dicen que no tienen harina”, afirmó Gloria Mamani, comerciante del lugar.
El Gobierno intentó mitigar la escasez enviando productos desde Santa Cruz. El lunes, la Planta de Transformación de Subproductos de Soya, ubicada en San Julián, despachó 66.000 litros de aceite comestible bajo la marca “Sabor Casero”, a ser comercializados por Emapa a Bs 13 el litro a granel y Bs 14 envasado, en ferias móviles y vecinales.
Asimismo, el martes por la mañana, dos camiones cargados con carne de pollo llegaron a la zona de la Garita de Lima tras un viaje de tres días desde Santa Cruz, obligado a desvíos por los bloqueos de caminos protagonizados por sectores afines a Evo Morales. El producto fue vendido a Bs 24 el kilo, pero se agotó rápidamente, dejando a cientos de amas de casa sin poder adquirirlo.
La situación también afectó a los panificadores. Rubén Ríos, ejecutivo de la Confederación de Panificadores de Bolivia, denunció que los bloqueos impiden el suministro normal de harina para elaborar el “pan de batalla”. “Nos están distribuyendo alrededor de 4.000 quintales diarios, cuando lo normal es 7.000. Hay un desface de 3.000 quintales”, advirtió.