En su discurso de apertura durante el Cuarto Encuentro por la Democracia, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Oscar Hassenteufel, lanzó un mensaje firme directo y crítico a todos los órganos del Estado, alertando sobre la falta de compromiso efectivo con el proceso electoral de 2025 y exigiendo acciones concretas para blindar el desarrollo de los comicios.
La indiferencia institucional
En un discurso frontal, Hassenteufel reclamó que, pese al respaldo discursivo en encuentros anteriores, el TSE ha sido abandonado en los hechos. Denunció que el apoyo recibido ha sido “meramente moral” y que la falta de financiamiento, normativa y garantías pone en riesgo la integridad del proceso electoral.
“No podemos estar a expensas de una incierta disponibilidad. El garantizar las elecciones es una cuestión de Estado”, advirtió.
Cinco escollos que amenazan la ruta electoral
Durante su intervención, Oscar Hassenteufel expuso con claridad los principales obstáculos que enfrenta el Tribunal Supremo Electoral en su tarea de organizar unas elecciones libres, transparentes y confiables en 2025. Los identificó como escollos que no sólo dificultan la gestión técnica del proceso, sino que ponen en riesgo su legitimidad y desarrollo integral.
A continuación, el detalle de cada uno:
Falta de recursos para el voto en el exterior:
El TSE tuvo enormes dificultades para financiar el empadronamiento de ciudadanos bolivianos fuera del país. Pese a las instrucciones presidenciales, la entrega de divisas fue condicionada a la disponibilidad, lo que provocó retrasos graves, como el pago de salarios en abril recién efectuado en junio. Hassenteufel denunció que esto desborda la responsabilidad del TSE y afecta el derecho al sufragio.
Incumplimiento legislativo del blindaje legal:
En el Tercer Encuentro, se había prometido un paquete de leyes para fortalecer el proceso electoral. Solo se aprobó la ley del TREP. Para Hassenteufel, esto evidencia la falta de voluntad política real por parte de la Asamblea Legislativa. Planteó que ahora se prioricen los créditos necesarios antes que leyes ya irrelevantes.
Escalada de conflictividad social y amenazas:
El país atraviesa una situación de alta tensión política, con bloqueos, asedios al TSE y amenazas a la seguridad personal de los vocales. El presidente del TSE alertó que esta situación es inédita en contextos electorales y está motivada por intereses particulares que eluden los mecanismos legales. También lamentó la muerte de efectivos policiales en enfrentamientos recientes.
Asedio judicial contra el TSE:
El Tribunal enfrenta una avalancha de acciones constitucionales, algunas de las cuales intentan revivir partidos extinguidos o desestabilizar autoridades electas. Hassenteufel denunció que se trata de una estrategia coordinada para paralizar al Órgano Electoral, lo que constituye un grave atentado contra la institucionalidad y la democracia.
Saturación por peticiones legislativas:
La frecuencia excesiva de solicitudes de informe oral y escrito por parte de legisladores ha generado una sobrecarga administrativa que desvía al personal del TSE de sus funciones técnicas prioritarias. Aunque reconoce el derecho fiscalizador del Legislativo, el presidente del TSE advirtió que esta dinámica entorpece el trabajo electoral operativo.
Estos cinco factores mencionados e un firme discurso, configuran, según Hassenteufel, una tormenta perfecta que amenaza con minar la credibilidad y viabilidad del proceso electoral. Su llamado fue a que el país, en su conjunto, reaccione a tiempo para impedir que la democracia boliviana entre en una nueva fase de desgaste institucional.
Ver además: TSE dice que fueron dejados a su suerte, pese a la buena voluntad de blindar las elecciones
Exhortaciones con nombre y apellido
En un tono firme, Oscar Hassenteufel distribuyó responsabilidades de manera directa a los órganos del poder público, las organizaciones políticas y la cooperación internacional. Estas exhortaciones reflejan las falencias estructurales y los obstáculos operativos que enfrenta el proceso electoral 2025. A continuación, se detalla el sentido de cada llamado:
Al Órgano Ejecutivo:
Se le pidió garantizar condiciones mínimas de paz social, orden público y seguridad. Esto responde al contexto de bloqueos, marchas y amenazas que han puesto en riesgo el normal funcionamiento del TSE y de sus funcionarios. El presidente del TSE remarcó que sin tranquilidad, no hay elecciones posibles.
Al Ministerio Público:
Se le instó a iniciar investigaciones y procesos penales contra quienes atenten contra el proceso electoral. Esto incluye a actores que promuevan violencia, sabotaje institucional o alteración del orden legal. Hassenteufel subrayó que la impunidad solo incentiva la desestabilización.
Al Órgano Judicial:
La exhortación se centró en la necesidad de que los jueces no cedan a presiones externas y actúen con respeto al principio de preclusión procesal. Esto surge luego de denuncias sobre acciones judiciales irregulares que buscan desestabilizar el calendario electoral o interferir en la composición de las autoridades del TSE.
A la Asamblea Legislativa:
Se le reclamó la aprobación urgente de créditos internacionales necesarios para garantizar el voto en el exterior, especialmente el crédito japonés. Hassenteufel consideró que otras leyes ya no son prioritarias, y que este financiamiento es clave para evitar la exclusión de los bolivianos residentes en el extranjero.
A las organizaciones políticas:
Se les recordó su deber de actuar con respeto a la normativa electoral, garantizar la alternancia de género en sus listas, y presentar propuestas serias. Además, les exigió transparencia, participación responsable y cumplimiento del reglamento en sus campañas.
A la cooperación internacional:
Se solicitó un apoyo técnico y logístico más efectivo, especialmente en áreas clave como el sistema de Transmisión Rápida de Resultados (TREP) y la supervisión del padrón electoral, enfatizó que el padrón es confiable y que se hicieron intentos sin éxito de auditarlo. En ese marco invitó a que los partidos asignen dos técnicos para revisar el mismo. La intención es fortalecer la confianza ciudadana en el proceso, indicó.
Con este discurso firme, Hassenteufel trasladó la presión institucional al resto de los actores del sistema político, dejando en claro que el TSE no puede ni debe cargar solo con la responsabilidad del proceso electoral.