La crisis de abastecimiento de alimentos en Bolivia ha llegado con fuerza a los mercados de El Alto. El huevo, uno de los productos más básicos en la canasta familiar, se ha vuelto escaso y costoso. Mayoristas y comerciantes reportan incrementos exorbitantes en los precios de fletes, falta de provisión desde granjas avícolas y una creciente angustia entre las amas de casa.
“Antes nos cobraban 6.000 bolivianos por el transporte desde Santa Cruz, ahora nos están cobrando hasta 20.000. Desde Cochabamba pagábamos Bs 1.900, ahora nos cuesta 6.000 bolivianos”, relató a medios locales una comerciante mayorista de El Alto, visiblemente preocupada por el colapso en la cadena de distribución
Los bloqueos en las carreteras, particularmente en las rutas que conectan con los Yungas y Trinidad, han obligado a los transportistas a buscar desvíos más largos y costosos. “Los camiones se han ido por el lado de Yungas y Trinidad, han cobrado Bs 20.000 y hasta el día de hoy no llegan. Hace una semana que esperamos”, detalló.
Por dos semanas, sectores sociales afines al expresidente Evo Morales, bloquearon las principales vías del eje central del país. Exigían la habilitación de la exautoridad para las próximas elecciones que se desarrollaran en agosto. Tras 14 días, las medidas de presión se levantaron por “razones humanitarias”
Pero la extrema medida generó varios problemas en la cadena de suministros de alimentos. “Nosotros estamos pidiendo a los proveedores, pero no tienen. Cero huevos. Las granjas nos dicen que las gallinas han muerto, no sé si es verdad. Llamamos a todos nuestros proveedores y ninguno tiene producto”, afirmó la mujer, que trabaja con al menos cuatro granjas de Santa Cruz.
Esta escasez ha generado un alza en los precios que golpea directamente a las familias de bajos ingresos. El maple de huevo categoría “primera” se comercializa hasta en 37 bolivianos, mientras que el de categoría “extra” ronda los 30. “Nosotros no estamos subiendo mucho, mamita, lo que podamos. Tenemos que pagar también a nuestros empleados y los alquileres”, justificó la comerciante.
La situación ha obligado a limitar la venta. “Estamos vendiendo 10 maples, 20 maples a lo que quieran. Eso es nada más, porque los proveedores no están proveyendo”, advirtió. Según afirma, están vendiendo todo lo que tienen en stock, sin garantía de reposición: “Después nos vamos a quedar sin huevos”.
El testimonio más crudo llegó al comparar el precio de los huevos con otras proteínas: “El huevito era el precio más económico, era para pobres, pero ahora es para ricos. La gente prefiere llevarse 30 huevitos en 37 o 39 bolivianos que comprarse un pollo, que ayer costaba 100 o 110 bolivianos”.
Las ventas han caído, y los mercados de El Alto —habitualmente abastecidos y bulliciosos— hoy muestran estantes con menos productos y consumidores más cautelosos. La incertidumbre se extiende entre comerciantes y compradores, que claman por una solución urgente al desabastecimiento.