En los cerca de cinco años de gestión del presidente Luis Arce, Bolivia enfrentó sequías, lluvias e inundaciones extremas y también incendios forestales devastadores que impactaron de manera negativa en la economía.
Según datos oficiales, el país «sufrió graves inundaciones que afectaron a miles de familias y causaron pérdidas económicas, especialmente en el sector agropecuario. De manera casi simultánea, se atravesó la más fuerte sequía vista en los últimos 30 años afectando principalmente al oriente del país».
Debido a la crisis climática, la persistente presencia de los fenómenos del Niño y la Niña provocaron efectos mixtos de lluvias y sequía en las diferentes regiones del país.
En 2021 se registraron más de 653.000 hectáreas afectadas por lluvias, más de 139.000 hectáreas afectadas por heladas y más de 212.000 familias afectadas por desastres naturales.
En tanto, en 2022, se registró una sequía extrema que afectó a más de 652.000 hectáreas y 419.000 familias.
Además, se registraron incendios forestales que arrasaron con más de 5,1 millones de hectáreas y afectaron a 520.000 familias.
Mientras que, en 2023, el país enfrentó una severa sequía que afectó la producción agropecuaria.
Asimismo, se generaron incendios forestales que afectaron 7 millones de hectáreas.
Para la gestión 2024, la crisis climática trajo lluvias, sequía e incendios.
En el trimestre de abril, mayo y junio del año pasado, Bolivia sintió los efectos de las sequías y heladas en la producción agropecuaria. Una muestra fue como la sequía afectó a la producción del tomate y elevó su precio.
Ese año, también se registraron lluvias persistentes que afectaron a más de 250 familias.
En tanto, en la Amazonía se generaron incendios devastadores que llevaron al Gobierno a declarar «desastre nacional». El fuego arrasó con 12 millones de hectáreas.
En lo que va de 2025, en Bolivia se registraron las peores lluvias en 40 años, causando graves inundaciones y daños a la producción agropecuaria y afectando a miles de familias.
Según datos oficiales, los desastres naturales se sintieron en 271 municipios del país.
Los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías e inundaciones causaron también daños a la infraestructura, interrumpieron las cadenas de suministro, afectaron la agricultura y redujeron la productividad laboral en diferentes sectores.