La matriz eléctrica nacional se compone de un 65% de generación térmica y un 35% de generación renovable. Esta estructura cambiará progresivamente a medida que entren en operación nuevos proyectos del Plan de Expansión Energética, elaborado por el Ministerio de Hidrocarburos y Energías, a través del Viceministerio de Electricidad y Energías Renovables.
Según un reporte institucional, en la actualidad Bolivia avanza en la transformación de su matriz eléctrica con el objetivo de alcanzar un 75% de generación renovable y solo un 25% de generación térmica a partir de 2032.
Para el año 2050, se prevé que el 80% de la electricidad del país provenga de fuentes limpias como la hidroeléctrica, solar y eólica, consolidando una transición energética profunda y sostenible.
Entre los principales proyectos hidroeléctricos en marcha se destacan Ivirizu (Cochabamba), con una capacidad instalada de 290 megavatios (MW), cuya operación está prevista entre 2025 y 2026; Miguillas (La Paz), que generará 200 MW a partir de 2028; y Rositas (Santa Cruz), que podría iniciar operaciones en 2032 con una potencia de 600 MW, de acuerdo con los estudios iniciales.
En el ámbito de la energía eólica, destaca la fase final de construcción del parque Warnes II, que contempla una capacidad de 45 MW y cuya entrada en operación se estima para agosto de 2026. A este se suman proyectos como San Julián, El Dorado II, Santa Cruz y Cabezas, entre otros, que se encuentran en distintas etapas de desarrollo.
Entretanto, el país gestiona el financiamiento de múltiples plantas solares, entre las que figuran Contorno Bajo (La Paz), Santiváñez (Cochabamba), Patacamaya (La Paz), Vinto (Cochabamba) y Viru Viru (Santa Cruz), con el propósito de garantizar un suministro eléctrico confiable y diversificado para la población.
La generación térmica, que actualmente predomina, se optimiza con la incorporación de ciclos combinados, tecnología que mejora el rendimiento en comparación con los ciclos abiertos y permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Ministerio de Hidrocarburos y Energías lidera la política de transición energética, mientras que la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) ejecuta los proyectos estratégicos del plan de expansión, con la misión de cubrir la creciente demanda eléctrica del país y fomentar una participación cada vez mayor de las energías renovables en la matriz energética.