La estructura del sector energético estadounidense está experimentando un cambio fundamental. El rápido crecimiento de los centros de datos impulsados ??por IA está provocando un aumento repentino de la demanda de electricidad, una demanda que ya empieza a superar la capacidad de la red y presiona los modelos de negocio tradicionales de las empresas de servicios públicos. Por lo tanto, no sorprende ver un número creciente de artículos y estudios que abordan este desarrollo.
Según el último informe Horizons de Wood Mackenzie, más de 130 GW de capacidad propuesta para centros de datos han entrado en desarrollo. Esto supone más del doble de la capacidad reportada hace tan solo un año. Lo que resulta especialmente destacable, según el análisis de Wood Mackenzie, es que este crecimiento no se limita a los centros tecnológicos consolidados. Ahora también se está expandiendo a otras partes del país, como Pensilvania, Indiana y Ohio. Se trata de regiones donde los sistemas eléctricos locales suelen estar menos preparados para esta magnitud de nueva carga.
Para las empresas de servicios públicos, mantenerse al día con esta tendencia es cada vez más difícil. Se ven atrapadas entre múltiples presiones: garantizar la fiabilidad de la red, evitar inversiones estancadas y afrontar la incertidumbre regulatoria. En los mercados regulados, algunas empresas de servicios públicos están empezando a responder con nuevas tarifas para grandes cargas y una planificación de la generación más rápida. Sin embargo, en zonas desreguladas, donde se espera que los precios del mercado impulsen la inversión, las señales de precios a futuro actualmente no son suficientes para generar nueva capacidad. Como resultado, la brecha entre lo que los centros de datos están planificando y lo que la red puede proporcionar continúa ampliándose, lo que genera inquietudes sobre la estabilidad del sistema, el riesgo financiero y quién pagará finalmente por la infraestructura necesaria.
En este contexto, la energía geotérmica, en particular las soluciones de nueva generación como los sistemas geotérmicos mejorados (EGS), está recibiendo una nueva atención como posible fuente de energía limpia y estable. Un estudio de marzo de 2025 realizado por Rhodium Group, del que hablamos a principios de este año, sugiere que la energía geotérmica podría abastecer una parte significativa de la demanda eléctrica futura de los centros de datos. En un escenario en el que estas instalaciones continúen agrupándose alrededor de los centros de infraestructura tradicionales, la energía geotérmica podría cubrir hasta el 64 % de la nueva demanda para principios de la década de 2030. Si los centros de datos se ubicaran más cerca de importantes recursos geotérmicos, esta cifra podría alcanzar el 100%, con costos de electricidad significativamente menores en comparación con el suministro conectado a la red eléctrica.
La geotermia es especialmente adecuada para este tipo de aplicación debido a varias características clave: alta capacidad, disponibilidad constante y la posibilidad de operar detrás del contador. Este último punto es importante, especialmente considerando que los retrasos en la interconexión a la red y la congestión regional son cada vez más frecuentes. Poder eludir la red y suministrar electricidad directamente a las operaciones de los centros de datos representa una clara ventaja estratégica. Al mismo tiempo, las plantas geotérmicas ocupan una superficie relativamente pequeña, lo cual resulta atractivo para los desarrolladores que buscan soluciones fiables y eficientes en cuanto al espacio.
Sin embargo, aún existen barreras que superar. Los procesos de obtención de permisos, especialmente en terrenos federales, siguen siendo largos y complejos. Habrá que ver cómo los cambios recientes de la nueva administración estadounidense contribuirán a acelerar estos procesos a mayor escala, aunque las noticias recientes son prometedoras en esa dirección. En muchos estados, aún falta claridad legal sobre los derechos de calor del subsuelo. Y si bien la inversión en perforación y desarrollo geotérmico está aumentando, la cadena de suministro y la fuerza laboral apenas están comenzando a escalar. Además, el modelo de productor independiente de energía (IPP) que siguen la mayoría de los desarrolladores geotérmicos podría enfrentar desafíos regulatorios y contractuales, especialmente al incorporarse a sistemas de contratación diseñados con otras tecnologías.
Otra pregunta que surge a menudo en los debates es si las empresas de centros de datos invertirán realmente en la generación de energía directamente o si se mantendrán exclusivamente como compradores de electricidad. Anteriormente, la mayoría prefería recurrir a asociaciones con servicios públicos y créditos de energía renovable. Pero esto podría estar cambiando. Empresas como Google están invirtiendo más allá de los acuerdos de compra de energía, pero aún queda por ver si invierten activamente en el suministro de energía limpia, incluida la geotérmica, y cómo lo hacen. En algunos casos, existen indicios tempranos de que los desarrolladores a gran escala podrían firmar contratos directos con IPP, especialmente si los proyectos pueden suministrar energía limpia estable y con un ajuste horario que se ajuste a los objetivos climáticos corporativos.
Esto podría abrir nuevas oportunidades para los desarrolladores geotérmicos, en particular para aquellos capaces de ofrecer soluciones de medición de energía (detrás del medidor) o coubicadas. Sin embargo, también requeriría nuevas formas de colaboración y distribución de riesgos entre promotores de proyectos, inversores y compradores corporativos, algo que no ocurrirá automáticamente, sino que debe diseñarse y construirse.
Como señala Wood Mackenzie, no se trata solo de una cuestión de suministro energético, sino de cómo está estructurado el mercado eléctrico. Si las empresas de servicios públicos y los mercados energéticos competitivos no pueden suministrar a la velocidad y escala que se requieren actualmente, deberán surgir otros modelos. Puede que la geotermia no se haya desarrollado con la infraestructura de IA en mente, pero sus características la convierten en una opción atractiva para abordar los desafíos combinados de fiabilidad, emisiones y concentración de la carga. Que el sector pueda asumir este papel dependerá de algo más que la tecnología: requerirá una tramitación de permisos más rápida, una regulación más clara, la disposición a asociarse con nuevos tipos de compradores y un enfoque mucho más ambicioso para escalar la implementación en los próximos años.