En la recta final de su mandato, el presidente Luis Arce participará en el 80º periodo de sesiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), del 22 al 26 de septiembre en Nueva York, Estados Unidos. Su intervención se producirá después de que Bolivia saldara la deuda acumulada de $us 762.957, pendiente por más de dos años, que le había hecho perder el derecho al voto.
La cita marcará la despedida internacional del mandatario boliviano, en medio de cuestionamientos por el relego de la diplomacia y el incumplimiento de obligaciones con distintos organismos multilaterales.
“Fuimos a negociar, explicamos que evidentemente por parte del Estado hay la mayor voluntad (de pago). Estamos negociando con muchos organismos pagar en bolivianos y la buena noticia es que ha sido aceptado (por la ONU). Estamos recuperando el voto justamente en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, donde estará presente nuestro presidente Luis Arce Catacora”, anunció el vicecanciller Elmer Catarina a los periodistas.
La autoridad informó que el Gobierno conformó un equipo técnico con personal del Ministerio de Economía y Finanzas, la Cancillería, el Banco Central de Bolivia (BCB) y el Instituto Nacional de Estadística (INE) para negociar el pago de la deuda, pero en moneda nacional.
Bolivia perdió el derecho a voto en la ONU a inicios de este año, la situación generó una crisis en el servicio exterior del país que derivó en la renuncia de Diego Pary, exrepresentante permanente de Bolivia ante el organismo. El exdiplomático cuestionó la “falta de compromiso” de la administración de Luis Arce con la diplomacia multilateral y calificó la suspensión de Bolivia como una señal de ineficiencia.
“La ONU es el organismo multilateral más importante del mundo y Bolivia, como país fundador, siempre ha tenido una participación activa. Perder el voto significa debilitar nuestra voz en el escenario global”, advirtió Pary en marzo pasado.
El vicecanciller Catarina atribuyó el retraso en los pagos a la falta de divisas y responsabilizó a la Asamblea Legislativa por bloquear créditos internacionales.
No obstante, el diputado y exdiplomático Gustavo Aliaga, rechazó las acusaciones del vicecanciller y remarcó que el impago de las cuotas por membresía en organismos multilaterales, es responsabilidad del Gobierno.
“Lo que dice Catarina es una bellaquería terrible. Dice que todo es culpa del Congreso, pero nadie se lo cree. Los créditos no son para pagar (deudas), ni comprar gasolina, son para obras de infraestructura. No pueden echar la culpa de todo el fracaso del señor Arce al Congreso”, afirmó.
Aliaga sostuvo que el verdadero problema radica en la mala gestión económica del Ejecutivo, que no prestó las atenciones debidas a la diplomacia.
Bochorno diplomático
Especialistas en relaciones internacionales coincidieron en que el impago de cuotas a la ONU significó un “bochorno diplomático” para Bolivia y refleja un deterioro en la política exterior.
El diplomático Javier Viscarra subrayó que la sanción de suspensión del voto en la ONU se produce al tercer año consecutivo de incumplimientos en el pago de la membresía, y no es algo que sucede de la noche a la mañana, lo que en su opinión no sólo es el descuido administrativo, sino una responsabilidad que daña seriamente la imagen nacional.
“Quedamos inhabilitados para incidir en debates y resoluciones sobre paz, sobre derechos humanos o desarrollo sostenible. No se trata de un castigo simbólico, sino de la pérdida efectiva de voz en el mayor foro internacional, pero este no es el único caso, la mora en Naciones Unidas es sólo la punta del iceberg”, indicó.
Por su parte el experto internacionalista Álvaro del Pozo señaló que el pago de último momento busca salvar el decoro del presidente Arce ante la Asamblea General de la ONU. Asimismo, señaló que el próximo Gobierno deberá asumir un mejor rol para que el país se proyecte de manera efectiva ante la comunidad internacional.
“Estos aportes no son un gasto, son una inversión. Bolivia paga menos que muchos países y recibe más beneficios. No hacerlo afecta la imagen nacional. La actual política exterior nos ha llevado a un lugar de aislamiento y de poca visibilidad en el contexto internacional y es tiempo de cambiar esa hermenéutica”, manifestó.
Mientras que el analista internacionalista, Andrés Guzmán, recordó que Bolivia además tiene pendiente la tarea de nombrar a un representante ante la ONU y enfatizó que el país envió una señal negativa al quedar fuera de votaciones cruciales, como la reciente resolución sobre Palestina.
“El discurso del gobierno ha sido defender el multilateralismo, pero se ausenta de los foros más importantes. Las prioridades del gobierno están en otro lado, se gasta mucho en publicidad, en crear nuevas empresas, pero el tema de la proyección y la imagen de Bolivia en el mundo, eso está en segundo plano”, cuestionó.