Ante la inminente posibilidad de importar gas natural en los siguientes años, el economista de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, sugiere que el sector eléctrico debería modificar sus costos de operación para que no sienta los cambios cuando Bolivia ingrese de lleno a la importación de gas natural. Como recordará la mayor provisión de electricidad viene de las termoeléctricas.
Colque, en sus redes sociales, anuncia problemas en el sector eléctrico en los siguientes tres años, similar a lo que pasa actualmente con el desabastecimiento de combustibles, debido a que no se tomaron las medidas correctivas en su momento.
El consultor en Energía, Álvaro Ríos, en reiteradas oportunidades, indicó que Bolivia no sólo importará gasolina y diésel, sino que también gas natural, así como Gas Licuado de Petróleo (GLP) y requerirá alrededor de 4.000 millones de dólares anuales.
Recordó que el 70% de la energía eléctrica viene de las termoeléctricas, hasta el momento no tuvo dificultades en generar electricidad, y la Empresa Nacional de Electricidad (Ende) obtuvo rentas entre 100 a 200 millones de dólares anuales, incluso aportaba para el pago de bonos sociales.
Esa ganancia de Ende se debe en parte a la subvención en la venta de gas natural para las termoeléctrica por parte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Mientras en el mercado internacional bordea los 8 dólares por millón de BTU, la petrolera estatal vende a 1,3 dólares, señaló.
Colque aseguró que la subvención desincentiva la inversión, así como la eficiencia empresarial de Ende; sin embargo, otras empresas estatales del sector de la región, como pasa en Perú y Ecuador, son rentables sin necesidad de acceder a materia prima subvencionada.
El economista plantea cortar la subvención a Ende de una vez, y que se instruya de inmediato que se suministre el gas a precio de mercado internacional, lo que promovería una reingeniería de los costos operativos. Cuando se importe, la empresa estatal estará preparado para operar con normalidad, sin tarifazos.
Incentivos
Por su parte, el analista económico Darío Monasterio dijo que ese problema se tiene cuando hay un precio subsidiado debido a que se desincentiva la inversión en el sector eléctrico. “Nadie viene a invertir en la generación de energía, como en termoeléctricas, hidroeléctricas, eólica o en otros, sino tiene incentivos necesarios”, reflexionó.
Si no hay incentivos, la inversión extranjera no llega y es la única que puede costear ese tipo de inversiones en el sector eléctrico, así como en el de hidrocarburos, apuntó.
Calificó de desincentivo perverso a la aplicación de subvenciones o subsidios. Además, alertó que las inversiones son necesarias para que en dos años el país no se quede sin energía eléctrica.
Gas
La caída de la producción de gas amenaza a la producción de energía eléctrica y el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) en la primera etapa, al frente de Evo Morales, se olvidó de invertir y sólo gastó la renta petrolera, en el segundo período con Luis Arce, la situación no fue todo positivo a pesar de mostrar el trabajo que realiza YPFB.
Monasterio sostiene que se importará gas, y no está mal, ya que la oferta local no cubriría la demanda del mercado nacional, por ello se debe avanzar en la reingeniería e incluir energías alternativas, así como proyectos eléctricos y para ello se requiere inversión extranjera.
Reconoce que la importación de la materia prima para generar electricidad, no será barata, porque ahora Ende compra a YPFB el producto subvencionado, por ello recomienda ajuste de precios hasta que maduren las inversiones y se genere energía suficiente para cubrir la demanda interna.
“La liberación del mercado nos va a generar provisión (de energía), lo que necesitamos para el mercado nacional”, sostuvo.
Asimismo, la generación de energía alternativa, como eólicos, hidroeléctricos, no dañan al medio ambiente, por lo que también debería haber incentivo fiscal.
Reajustes
Mientras tanto, el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, expresó que en algún momento se deben hacer reajustes en la estructura de precios de la electricidad y también de los combustibles, es decir sincerar la economía y trabajar con valores reales y de mercado. “Que ya no estén congelados y determinado por el Estado”, dijo.
No obstante, reflexionó al indicar que se debe priorizar la estabilidad de precios durante los próximos 12 meses, con el abastecimiento de carburantes y divisas al país.
También plantea que se debería trabajar en una reingeniería de costos, en el marco de varios escenarios que se presenten, es decir cuánto costaría la energía con y sin subvención, para preparar el colchón financiero, sí es que se da el caso de importar gas para las termoeléctricas y se preguntó cuál es el impacto en la economía.
Según el entrevistado, él no cortaría la subvención y más bien trabajaría en el proceso de transición, con información, para realizar los ajustes correspondientes, debido a la situación delicada que vive el país.
Advierte que eliminar los subsidios puede tener un efecto multiplicador negativo, es como echar más leña al fuego, en un escenario volátil e inflacionario.
Pero recuerda que “tarde o temprano hay que hacer cambios”, cuando la economía sea estable y fuerte, recién comenzar con la aplicación de medidas de reajuste profundo. “Mesuradas y oportunas en el momento de su aplicación”, complementó.
AuditorÍas
Finalmente, comparte la opinión del asesor económico por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), Gabriel Espinoza, que anunció la realización de una auditoría a las empresas públicas para conocer en detalle el estado en el que se encuentran.
Romero sostiene que ya debería haberse creado un equipo para esa tarea, y que el gobierno debió brindar información económica y financiera, incluida de las empresas públicas. El nuevo gobierno debe ajustar sus políticas, sobre todo en el área económica, y no retroceder.
Conocer la situación de las empresas estatales es importante para tomar decisiones rápidas, aunque destacó que algunas tienen un impacto social. Opinó que las empresas que registren pérdidas o no producen nada deben paralizarse, las con baja rentabilidad y sin ningún beneficio social debe correr la misma suerte. “Hay que identificar”, sugirió.


















