La eliminación de la subvención a la gasolina y diésel deberá ser acompañada de varias medidas sociales para apoyar a las familias vulnerables, así como al transporte público, para reducir los impactos de la medida, de acuerdo a un análisis de la Fundación Jubileo.
Plantean varias sugerencias para levantar la medida, y la más dura sería suspender definitivamente; también está la alternativa, refocalizar, sólo para el transporte público; subsidios a la demanda, es decir dar vouchers al transporte público; precios diferenciados, aplicable a privados; y sólo para el transporte público masivo.
El analista de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, explicó la propuesta de la entidad, y dentro de ella está liberar la gasolina y diésel, promover la importación de petróleo, a fin de reducir los costos.
En la campaña electoral para presidente, el asesor económico del partido Demócrata Cristiano (PDC), Gabriel Espinoza, adelantaba que la eliminación de la subvención vendrá acompañada de ayudas para los sectores más vulnerables, como bonos.
Velásquez asegura que la subvención a los carburantes es un obstáculo para avanzar en la transición energética, y no motiva a los usuarios de incursionar en los autos eléctricos, ya que la gasolina es muy barata.
Para Jubileo la política de subvención a los hidrocarburos que se aplica en Bolivia es ciega, debido a que no distingue quién necesita esta ayuda del Estado y quién no. Adicionalmente, no establece un plazo para la población que recibe este apoyo otorgado desde hace 20 años, lo cual hace que las personas crean que podía ser eterno y estén renuentes a un ajuste.
Recuerda que la subvención a la gasolina y diésel demanda recursos de alrededor de 2.000 millones de dólares por año y una suma de 3.000 millones anuales para la importación de ambos energéticos.
Es importante que la población comprenda que los problemas de abastecimiento en el caso del diésel y la gasolina son, en realidad, consecuencia de una problemática más compleja y mayor, que se relaciona con aspectos como: la caída en la producción local de hidrocarburos líquidos, escasez de divisas, logística de importación y subvención a los hidrocarburos, puntualiza.



















