Bolivia mantiene el primer lugar con la informalidad más alta de región

De acuerdo a datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Bolivia tiene el porcentaje de informalidad más alto de la región, llegando al 82%, mientras que economistas y empresarios bolivianos señalan que llega a 85%.

Bolivia, desde hace muchos años atrás, está entre los primeros lugares de la región y el mundo como un país con un nivel de trabajo informal elevado. Lo cual se ha agravado, principalmente en mujeres, jóvenes y niños, desde la pandemia y actualmente por la recesión de su economía combinada con una inflación alta, según el análisis de Fernando Romero.

Recientemente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha presentado su último informe sobre el Panorama Laboral de América Latina y el Caribe, donde textualmente dice: “La informalidad sigue siendo uno de los principales desafíos estructurales del mercado laboral de América Latina y el Caribe”.

De acuerdo a este último reporte de la OIT, con una tasa regional cercana al 47% (promedio de 12 países), casi la mitad de las personas ocupadas en la región carecen de acceso a la seguridad social, la estabilidad y la protección laboral asociadas al empleo formal, detalla Romero.

La región, el año 2024, reflejo una tasa de informalidad promedio del 48% (15 países). En cambio, el año 2021 se observó una cifra más alta, de un 49,8%. Al 1er semestre de 2025 la tasa fue de 46,7%, en el año 2024, durante el mismo periodo, fue 47,5%. Hay una leve moderación regional en la informalidad laboral.

Al 1er semestre 2025, Bolivia ocupa el primer puesto de informalidad laboral con un 82,3%. Al otro extremo, se encuentra Uruguay con una tasa del 22,3%. La OIT indica que el aumento de la incidencia de la informalidad en Argentina, Bolivia y Ecuador fue el resultado de una caída en la cantidad de puestos formales junto con un aumento de las ocupaciones informales.

Según datos de la OIT, Bolivia cerró el 2024 con una tasa de empleo informal del 83,9%. Los hombres reflejaron una tasa del 81,9%, las mujeres del 86,1%, en cambio los jóvenes (15 a 24 años) del 96,2%. Se observa que el grupo más golpeado y vulnerable por la crisis económica es este sector, lo cual los empuja a un trabajo informal, donde el salario mínimo es un privilegio, no un derecho.

Como dato referencial, y para poner en contexto donde está ubicada Bolivia en la región, la tasa de informalidad laboral (por sexo) el 2024 de los hombres fue de 47,5% y de las mujeres el 47,2%. Al 1er semestre 2025 los hombres reflejaron un 47% y las mujeres un 46,3%. Nuestro país, por género, duplica estas cifras, las asimetrías aún son profundas en nuestra población laboral respecto a la región.

En resumen, se podría decir de manera sencilla que la informalidad en Bolivia no es coyuntural sino estructural. Bolivia no tiene un problema de desempleo, sino más bien de un empleo precario, informal y de baja calidad, sostiene Romero.

Más del 80% de su fuerza laboral trabaja en condiciones informales, donde no gozan de derechos laborales, beneficios sociales o de la posibilidad de ganar el salario mínimo nacional. Prácticamente, en Bolivia predomina el autoempleo, subempleo y otros tipos de actividades económicas de “subsistencia”, sentencia.

SourceEl Diario

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