Lecciones de un año conflictivo en la industria petrolera

Por: Jorge Márquez Ostria, Consultor en Hidrocarburos

La cuarentena en Bolivia y en el mundo ha destruido la economía, y el desempleo se ha incrementado en forma exponencial, pero también debemos reconocer que aparecieron miles de nuevos emprendedores y las empresas tuvieron que adaptarse a esta nueva realidad. En la industria petrolera el impacto fue tremendo, por lo que tuvieron que aprender rápidamente a desarrollar nuevas maneras de liderar, cooperar y trabajar con distanciamiento social. El mundo cambió, el modo de trabajar cambió y las empresas operadoras y de servicios siguieron activas cuidando la armonía laboral y el bienestar de sus colaboradores en tiempos de adversidad.
Durante los 366 días de 2020, las 24 horas del día, siempre hubo trabajadores petroleros –ya sea en pozo, en planta, en refinerías, ductos, caminos y planchadas– desarrollando su labor y controlando que los hidrocarburos lleguen a donde tienen que llegar, dejando en manos de Dios a sus familias y pidiéndole poder volver a salvo a sus hogares. Es por esto que el Foro Internacional del Gas y Energía (Figas) y la publicación digital Reporte Energía eligieron a los “Trabajadores petroleros de campo” como el “Personaje del año 2020 en el sector hidrocarburos”.
Esta distinción, se basa en las siguientes consideraciones, que es preciso destacar: “Se refiere a todo el personal de campo, es decir a trabajadores en general, técnicos y profesionales de las empresas petroleras, operadoras, de servicios y proveedoras de las operaciones que, durante el año, a pesar de la pandemia y con el riesgo de perder la vida, como ha ocurrido con la lamentable pérdida de varios funcionarios, estuvieron en sus puestos de trabajo manteniendo la operación, asegurando los ingresos del país, la provisión de gas natural, petróleo y combustibles y manteniendo la infraestructura petrolera nacional, a pesar de las condiciones adversas que se presentaron, sobre todo durante la cuarentena sanitaria rígida debido al embate de la Covid-19”.
A diferencia de una industria manufacturera, cuyo principal activo es la fábrica, que no se consume mientras la empresa produce sus bienes, el principal valor de una empresa petrolera son sus reservas de petróleo y gas que irá consumiendo a medida que desarrolla su producción. Por ello, el principal objetivo de toda empresa de exploración y producción será reponer las reservas que año tras año produzca, de modo que estas no se agoten y la empresa se achique. Por el contrario, si es posible, buscará aumentar las reservas para poder crecer.
En la cadena productiva de los hidrocarburos, la fase inicial de exploración constituye el eslabón principal del ciclo de valor y un descubrimiento en esta etapa inicial, abre grandes posibilidades para iniciar o seguir desarrollando toda la cadena de los hidrocarburos. Es así que, junto al reconocimiento del arduo trabajo del trabajador petrolero de campo, deberíamos reconocer y destacar la labor de las empresas operadoras que, en el complicado y difícil año que fue 2020, tuvieron éxitos en sus pozos exploratorios, como el Yarará X1 a cargo de YPFB Casa Matriz al descubrir petróleo para el mercado interno, Y Repsol con su pozo exploratorio Boicobo X1, descubridor de nuevas reservas para el mercado externo.
Este reconocimiento a las empresas de exploración y producción debería extenderse a todas las empresas operadoras que trabajaron y trabajan actualmente en Bolivia y que, gracias a su aporte financiero, tecnológico, organizativo y gerencial, posibilitaron la apertura de los diferentes ciclos exploratorios y consiguieron nuevas reservas para fortalecer y desarrollar la cadena productiva de los hidrocarburos en el país.

 

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