Una vez más, os hablamos de Reino Unido, que ha dado un nuevo paso más en la descarbonización y ha anunciado que se abastecerá de energía 100% renovable para 2035, incluida la energía nuclear. Se espera que el anuncio oficial se realice esta semana en la conferencia anual del Partido Conservador en Manchester, siendo el encargado de anunciarlo el primer ministro británico, Boris Johnson.
Este nuevo compromiso, está en línea con la gran apuesta de Reino Unido por la energía verde anunciada el año pasado, y pretende reducir la dependencia del país del gas y otros combustibles fósiles, ya que actualmente el país se alimenta un 40% con gas natural, teniendo en cuenta la actual crisis por que está pasando Gran Bretaña a causa del aumento del coste del gas. Además, el anuncio se produce un mes antes de que sea celebrada la COP26 de Glasgow. Johnson, dijo:
“La ventaja de esto es que significará que, por primera vez, el Reino Unido no dependerá de los hidrocarburos procedentes del extranjero, con todos los vaivenes de los precios de los hidrocarburos y el riesgo que eso supone para los bolsillos de la gente.”
Pero no todo el mundo está a favor del uso de la energía nuclear como parte del plan del gobierno británico, y consideran que puede alcanzarse el objetivo únicamente con el uso de energía eólica y solar, aún teniendo en cuenta que supondrá cuadruplicar, como mínimo, el nivel actual de energía eólica marina en la próxima década.
El científico jefe de Greenpeace Reino Unido, Doug Parr, dijo que estaba satisfecho con lo que denominó la toma de conciencia del gobierno británico “de que hay que sacar el gas del sistema eléctrico”, pero dijo que estaba decepcionado por el continuo compromiso del gobierno con la energía nuclear.
No es la primera vez que venimos a hablar de los compromisos de Reino Unido por descabonizarse con el objetivo de convertirse en un país neutro en carbono. Con anterioridad, el país ha realizado importantes anuncios como el fin de la energía proveniente del carbón para 2024, la ampliación de las restricciones de emisiones a la avión y al transporte, así como la aceleración de la prohibición de la venta de vehículos de combustión para 2030 (fijado inicialmente para 2035 y antes para 2040). Todo ello, con un objetivo claro de alcanzar la neutralidad en carbono para 2050.